sábado, 3 de noviembre de 2012

¿ES EL SOCIALISMO UNA SOCIEDAD SIN CLASES Y SIN LUCHA DE CLASES?


por: Quibian Gaytan

Así lo han creído los socialistas pequeñoburgueses, esos señores que suplantan la realidad concreta e histórica real con sus ensoñaciones utópicas y sentimentalistas. Inclusive, toda una generación comunista (me refiero a aquellos que han representado y luchado realmente por establecer el “paraíso en la tierra”, por una buena parranda de tiempo a lo largo del siglo XX). Han estado equivocados teórica, histórica y prácticamente. Ni Carlos Marx, ni Nicolás Lenin no Mao Tse-tung (sólo por señalar algunos de los clásicos) han sostenido nada parecido a eso.

Marx, en el Programa de Gotha, señaló: “De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino, al contrario, de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede. Por eso, el derecho igual sigue siendo aquí, en principio, el derecho burgués En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, el contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades!”.

Por su parte Lenin escribía, “Socialismo significa la abolición de las clases. Para abolir las clases, es preciso, primero, derribar a los terratenientes y a los capitalistas…  La economía de Rusia en la época de la dictadura del proletariado representa la lucha que en sus primeros pasos sostiene el trabajo mancomunado al modo comunista -- en escala única de un enorme Estado -- contra la pequeña producción mercantil, contra el capitalismo que sigue subsistiendo y contra el que revive sobre la base de esta producción.

Hablamos de los "primeros pasos" del comunismo en Rusia (como lo dice también el programa de nuestro Partido aprobado en marzo de 1919), ya que estas condiciones las hemos realizado sólo en parte, o dicho con otras palabras: la realización de estas condiciones se encuentra sólo en su fase inicial.
El socialismo es la supresión de las clases. La dictadura del proletariado ha hecho en este sentido todo lo que estaba a su alcance. Pero no se puede suprimir de golpe las clases.

Y las clases han quedado y quedarán durante la época de la dictadura del proletariado. La dictadura dejará de ser necesaria cuando desaparezcan las clases. Y sin la dictadura del proletariado las clases no desaparecerán.

Las clases han quedado, pero cada una de ellas se ha modificado en la época de la dictadura del proletariado; han variado igualmente las relaciones entre ellas. La lucha  clases no desaparece bajo la dictadura del proletariado, lo único que hace es adoptar otras formas… La clase de los explotadores, los terratenientes y capitalistas, no ha desaparecido ni puede desaparecer de golpe bajo la dictadura del proletariado. Los explotadores han sido derrotados, pero no aniquilados. Aún tienen una base internacional, el capital internacional, del cual son una sucursal. Aún tienen, en parte, algunos medios de producción, aún tienen dinero, aún tienen amplios vínculos sociales. Precisamente a causa de su derrota, se ha multiplicado en cien y en mil veces su fuerza de resistencia… La lucha de clases que libran los explotadores derrocados contra la victoriosa vanguardia de los explotados, es decir, contra el proletariado, se ha vuelto incomparablemente más encarnizada. Y no puede ser de otra manera, si se trata de una revolución, si no se reemplaza este concepto”. (V. Lenin, La economía y la política en la época de la dictadura del proletariado).

Mao muy claramente ha dejado establecido que “La sociedad socialista abarca una fase histórica muy larga. En ésta fase histórica del socialismo existen aún las clases, las contradicciones de clase y la lucha de clase, existe la lucha entre las dos vías, el socialismo y el capitalismo y existe el peligro de la restauración del capitalismo. Debemos reconocer la naturaleza prolongada y compleja de esta lucha, redoblar nuestra vigilancia y proseguir la educación socialista. Debemos comprender y resolver de manera correcta las contradicciones de clases y la lucha de clases, distinguir las contradicciones entre nosotros y el enemigo (de clase. N.d.t. Q. G.)) de aquellas en el seno del pueblo y tratarlas de modo correcto. De otro modo un país socialistas como el nuestro se transformará en su opuesto; degenerará y habrá luego la restauración del capitalismo”. (Mao,  Sesión Plenaria  del Comité Central del PCCh.  1962).

Advertencias que cayeron en el vacio. Los comunistas de la época, los marxistas-leninistas de la segunda etapa, las olvidaron o la consideraron muy superficialmente. Ignorando o desconociendo totalmente las leyes generales de la construcción socialista, durmieronse en sus laureles, se burocratizaron y perdieron de vista el alma vida del marxismo-leninismo la Dialéctica Materialista. Al degenerar de tal manera abrieron las puertas a la acción subversiva “desde arriba”, desde el partido y el Estado socialista, a las diversas camarillas oportunistas de derecha, agentes directos de las burguesías “rojas” y del imperialismo internacional: Los Nikita Kruschev, los Brezhnev, los Gorbachov, Liu Shao-chi y Teng Xiao-ping,  y demás revisionistas modernos. Así pudo ser derrocado el socialismo y restaurado el capitalismo allí.
Es una lección pagada con sangre. Todas las conquistas sociales y políticas socialistas fueron anuladas y la humanidad trabajadora sufrió un gran retroceso.

Ha sido una derrota sufrida por la clase obrera mundial,  tanto de los países entonces socialistas y por todo el viejo Movimiento Comunista Internacional, de una  importancia estratégica y que aún hoy estamos pagando sus consecuencias. Para explicarla, no basta el simplemente personalizarla –el “culpable fue estancamiento brezhnevista” o “el traidor fue Gorbatchov”- aunque ciertamente los que actuaron fueron personas concretas, pero es rehuir la esencia histórica de dicho dramático acontecimiento. En realidad, tales personajes sólo han sido las cabezas de un movimiento de clase contrarrevolucionario existente en el fondo de dichas sociedades socialistas de dictadura del proletariado.

Para explicarlo, desde una perspectiva marxista-leninista-maoísta, entonces es necesario dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿Por qué ha podido suceder que el capitalismo haya sido restaurado en el primer país socialista del mundo, la URSS conquistada y construida por Lenin y Stalin? ¿Cuáles son esas contradicciones, y cómo pueden ser superadas, en una sociedad socialista? ¿Puede existir la burguesía sin la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción, y, más en general, cuando ha sido colectivizada y estatizada y regida por una línea general de edificación socialista? ¿Si existen las clases y la lucha de clases en la sociedad socialista, qué forma asume la lucha de clases? Por último, siendo lo más importante, ¿dónde estaba oculta esa burguesía y desde el cual pudo llevar a culmine su labor subversiva antisocialista?

Tales interrogantes fueron para los marxistas-leninistas de la segunda etapa un arcano sellado, ni se las plantearon ni muchos menos percibirlas. Ciertamente eran esos temas totalmente ignorados, ni siquiera sospechaban existiesen. Aunque tengo que consignar, en su descargo parcial, que pese a las múltiples advertencias señaladas por los Clásicos del marxismo-leninismo sobre tal peligro de la restauración, principalmente por camaradas Lenin y Stalin –éste último, por ejemplo, esencialmente comprendía dicho peligro como resultado de la acción e infiltración de las potencias capitalistas extranjeras-, era esta acción inédita hasta ese entonces. Ya que ni Marx, Engels, Lenin y Stalin han tenido una similar experiencia concreta de ese tipo. Los dos primeros Maestros del proletariado comunista internacional no alcanzaron a ver triunfar durablemente una revolución socialista y menos la edificación de un Estado y una economía socialista; Lenin, guía de la Gran Revolución Socialista de Octubre, creador del Primer Estado Socialista Soviético y elaborador de la Línea General de edificación del socialismo soviético, murió muy tempranamente y cuando todavía no se habían iniciado la industrialización y colectivización agrícola socialistas; Stalin, por su parte, luego de la realización de la industrialización y la colectivización del campo soviético, sobre esa base sentar firmemente al Estado Socialista Soviético, la URSS, y luego de hacer morder el polvo a la bestia nazifascista que había osado pisotear el sagrado suelo de la Patria obrero-campesina, no ha tenido la oportunidad de comprender y estudiar a fondo esta cuestión para tratar de absolverla  correctamente desde el punto teórico.  

Tocole al camarada Mao dar respuestas, primero que nadie, a dichas preguntas y el señalar el camino correcto de salida. Él, cuando el renegado anticomunista N. Kruschev y su camarilla revisionista dieron su golpe de Estado contrarrevolucionario y antisocialista, en 1956, no sólo denunció y desenmascaró al revisionismo moderno que se desbordaba a partir de la URSS en el plano internacional, no sólo levantó la Gran Bandera Roja de la defensa de los principios revolucionarios y las verdades universales del Marxismo-Leninismo; no sólo llamó a recoger filas para organizar la contraofensiva política e ideológica a los auténticos comunistas revolucionarios para parar y derrotar a los renegados revisionistas modernos, quienes propalaban y empujaban al proletariado comunista hacia el cenagal del pacifismo, del electoralismo y del parlamentarismo; sino que a buscar y explicar las causas de la degeneración kruscheviana y los objetivos aviesos hacia los que tendían.

El camarada Mao Tse-tung, Gran Maestro del proletariado internacional y de los pueblos oprimidos del mundo, poniendo el dedo en la llaga señaló lapidariamente: “Los revisionistas en el poder, es la burguesía en el poder”. Seguidamente elucidó brillantemente la esencia de clase de todos acontecimientos que ocurrían antes nuestros ojos:

En la sociedad, toda cosa es una unidad de los opuestos. Esta es una verdad aún para la sociedad socialista, en la cual hay unidad de los opuestos en el seno del pueblo como entre el enemigo y nosotros. Si en nuestro país un pequeño número de personas crea también desordenes la razón fundamental es que en la sociedad existen aún todo tipo de aspectos contradictorios –positivos y negativos-, allí están aún clases, individuos y opiniones en oposición”. La contradicción entre proletariado y burguesía, entre vía socialista y vía capitalista es, sin duda alguna, la contradicción principal actual de nuestra sociedad”. “En una época en la cual las clases y la lucha de clases existen todavía, aquí como en otras veces,  la clase obrera y las masas populares que han conquistado el poder del Estado, deben derrotar  la resistencia opuesta a la revolución de toda clase, todo grupo y todo individuo contrarrevolucionario;  poner fin a su actividad de restauración y de prohibir a todos los contrarrevolucionarios de usufructuar de la libertad de palabra para alcanzar sus objetivos contrarrevolucionarios”. “En nuestro país, la lucha para la consolidación del régimen socialista, la lucha que decidirá la victoria del capitalismo o del socialismo, se extenderá por un período histórico muy largo”.

Con estas palabras el camarada Mao Tse-tung aclara la cuestión de la inevitabilidad de la existencia de las clases, las contradicciones de clase y de la lucha de clases en una sociedad socialista. Además, erradica la falsa idea –adormecedora, quietista y oportunista-  de que el cumplimiento de la transformación del sistema de propiedad privada basta para considerar liquidadas las relaciones capitalistas de producción (basta pensar que en la sociedad socialista sigue aún existiendo la compraventa de la fuerza de trabajo de los obreros, el sistema del salariado, una categoría económica netamente no socialista, la cual es manifestación de la subsistencia de la distribución capitalista), la cual ha servido de arma a los enemigos de clase, particularmente a partir de 1956, para hacer bajar la guardia del proletariado en dichos países.

Mao al poner en guardia al proletariado, respecto a no olvidar la lucha de clases en el socialismo y sobre el peligro de una restauración del capitalismo, dado que en el seno de la sociedad socialista existen las contradicciones de clases, le indica otra cuestión clave: “Aquí hay camaradas que hacen la revolución socialista y aún no saben donde esta la burguesía; está precisamente en el Partido Comunista, son los elementos en el poder en el Partido encaminado desde lejos en la vía capitalista. Los elementos al poder en el seno del  Partido que han tomado la vía capitalista continúan en el seguir de ésta vía”.

Estos elementos que siguen la vía capitalista, que complotan por la restauración del capitalismo, usurpadores de creciente áreas de poder en el seno del Partido Comunista y del Estado Socialista resultan ser representantes de los intereses de clase de la burguesía o elementos burgueses infiltrados en el partido. Los portadores de la restauración del capitalismo, subvertidores contrarrevolucionarios de la dictadura del proletariado y de la dictadura democrático-popular. Ellos han pugnado, solapadamente unas veces y otras abiertamente, cuando las condiciones políticas le son favorables, por la reimplantación de la dictadura de su clase, la burguesía, y convertir si han triunfado al país socialista o en una potencia imperialista o en colonia del imperialismo internacional, en particular de la Superpotencia estadounidense.

En esta titánica y firme lucha del camarada Mao, por prevenir la llegada de los revisionistas al poder, impedir la restauración del capitalismo y asegurar el triunfo definitivo del pasaje de la primera etapa del comunismo, el socialismo, a su etapa superior el comunismo completado e internacional, él a hecho su más grande aporte científico al desarrollo del Marxismo-Leninismo en los campos de la economía, de la política y de la ideología: La Teoría de la continuación de la revolución bajo las condiciones de la Dictadura del Proletariado.

Él, luego de un concienzudo estudio de las obras teóricas, económicas y políticas, de sus Grandes Predecesores Marx, Engels, Lenin y Stalin alrededor  de este asunto de las leyes de la edificación de la sociedad socialista y la existencia de la lucha de clases en ella, de la experiencia económica y política de la Unión Soviética, los países de democracia popular de Europa Oriental y de la misma China Popular ha sabido extraer grandes lecciones de esos estudios, y como marxista-leninista que era sin perder jamás su profundo sentido crítico, y así podido descubrir y legarnos la ley general de la continuidad de la revolución bajo las condiciones de la dictadura del proletariado.

No sólo. Mao nunca fue un adocenado teórico de pupitre; un creador de teorías desligadas de la práctica revolucionaria personal y de las masas trabajadoras en lucha por la construcción de su radiante futuro. Él, personalmente, no sólo ha elaborado dicha científica teoría, sino que se ha comprometido directamente en su comprobación práctica. Es así que no sólo ha elaborado la estrategia sino que ha conducido, la concreción práctica de tal teoría, la Gran Revolución Proletaria Cultural Socialista.

El camarada Mao ha dirigido con paciencia, amor y firmeza está revolución política contra los usurpadores revisionistas, los cuales eran ya dominantes de crecientes áreas de Poder del Partido, del Estado y de las Organizaciones de masas de los trabajadores, a las amplias masas populares, cuadros y militantes partidarios en esta grandiosa revolución política por la defensa de las conquistas socialistas. Con la voz de mando de “Fuego sobre el cuartel general” desencadena el más potente movimiento revolucionario de masas jamás ocurrido en la historia de la humanidad, dirigido a criticar a la burguesía y al revisionismo moderno. Él remarcando con decisión y firmeza el objetivo y las tareas políticas e ideológicas de la gran revolución cultural proletaria señala: “La Gran Revolución Cultural Proletaria en curso es absolutamente indispensable y cuanto más oportuna, para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y edificar el socialismo”, “Los representantes de la burguesía infiltrados en el Partido, en el gobierno, en el ejército y en los diversos ambientes culturales, forman una pandilla de revisionistas contrarrevolucionarios. Si se presentase la ocasión, tomarían el poder y transformarían la dictadura del proletariado en dictadura de la burguesía”.

Y asumiendo la alta responsabilidad que la historia y el pueblo chino le han asignado, él hace un vibrante llamamiento a la clase obrera y a todo el pueblo chino a ponerse una vez más de pies, “Proletarios revolucionarios, uníos y arrancad el poder al puñado de responsables del Partido encaminados sobe la vía capitalista”.

Diez largos años ha durado esta etapa de la GRSCP, en el transcurso finalmente a muerto por desgracia el Gran Timonel camarada Mao Tse-tung, tenía entonces 83 años de edad. Aprovechando el dolor y el desconcierto del pueblo trabajador chino, la camarilla revisionista encabezada por Hua Kuo-feng y Teng Xiao-ping, apoyada por los mandos del otrora Ejército Popular de Liberación, dan su contrarrevolucionario golpe de estado y derriban la dictadura del proletariado y se hacen del poder. Los acontecimientos ulteriores demuestra por su sentido negativo todas las advertencias política dictadas por el camarada Mao: En lugar de la dictadura del  proletariado se implanta una dictadura burguesa de tipo fascista, el socialismo es trocado en capitalismo y la China Popular de Mao se convierte en una famélica potencia socialimperialista con ambiciones de hegemonizar al mundo.

Por segunda vez, el proletariado comunista internacional sufre una gran derrota del mismo tipo que aquella que se ha dado en 1956.


Lo proletarios comunistas hemos perdido, en el transcurso de los últimos 50 años del siglo XX, una nueva batalla, pero no la guerra de clase. Pero, como el ave Fénix renace de sus cenizas, los comunistas levantamos nuevamente la bandera roja y no la amainaremos hasta conquistar el comunismo en todo el planeta.

2-11-12

Publicado por Viento del este.webnode.es

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