por: Quibian Gaytan
Así lo han creído los
socialistas pequeñoburgueses, esos señores que suplantan la realidad concreta e
histórica real con sus ensoñaciones utópicas y sentimentalistas. Inclusive,
toda una generación comunista (me refiero a aquellos que han representado y
luchado realmente por establecer el “paraíso en la tierra”, por una buena
parranda de tiempo a lo largo del siglo XX). Han estado equivocados teórica,
histórica y prácticamente. Ni Carlos Marx, ni Nicolás Lenin no Mao Tse-tung
(sólo por señalar algunos de los clásicos) han sostenido nada parecido a eso.
Marx,
en el Programa de Gotha, señaló: “De lo que aquí se trata no es de una sociedad
comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino, al contrario, de
una que acaba de salir precisamente de la sociedad
capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el
económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de
cuya entraña procede. Por eso, el derecho
igual sigue siendo aquí, en
principio, el derecho burgués…
En una fase superior de la sociedad
comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los
individuos a la división del trabajo, y con ella, el contraste entre el trabajo
intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de
vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los
individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y
corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces
podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la
sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades;
a cada cual según sus necesidades!”.
“Hablamos de los "primeros pasos" del comunismo en Rusia (como lo dice también el programa de nuestro Partido aprobado en marzo de 1919), ya que estas condiciones las hemos realizado sólo en parte, o dicho con otras palabras: la realización de estas condiciones se encuentra sólo en su fase inicial.
El socialismo es la supresión de las clases. La dictadura del proletariado ha hecho en este sentido todo lo que estaba a su alcance. Pero no se puede suprimir de golpe las clases.
Y las clases han quedado y quedarán durante la época de la dictadura del proletariado. La dictadura dejará de ser necesaria cuando desaparezcan las clases. Y sin la dictadura del proletariado las clases no desaparecerán.
Las clases han quedado, pero cada una de ellas se ha modificado en
la época de la dictadura del proletariado; han variado igualmente las
relaciones entre ellas. La lucha clases
no desaparece bajo la dictadura del proletariado, lo único que hace es adoptar
otras formas… La clase de los explotadores, los terratenientes y capitalistas,
no ha desaparecido ni puede desaparecer de golpe bajo la dictadura del
proletariado. Los explotadores han sido derrotados, pero no aniquilados. Aún
tienen una base internacional, el capital internacional, del cual son una
sucursal. Aún tienen, en parte, algunos medios de producción, aún tienen
dinero, aún tienen amplios vínculos sociales. Precisamente a causa de su
derrota, se ha multiplicado en cien y en mil veces su fuerza de resistencia… La
lucha de clases que libran los explotadores derrocados contra la victoriosa
vanguardia de los explotados, es decir, contra el proletariado, se ha vuelto
incomparablemente más encarnizada. Y no puede ser de otra manera, si se trata
de una revolución, si no se reemplaza este concepto”. (V. Lenin, La
economía y la política en la época de la dictadura del proletariado).
Mao
muy claramente ha dejado establecido que “La
sociedad socialista abarca una fase histórica muy larga. En ésta fase histórica
del socialismo existen aún las clases, las contradicciones de clase y la lucha
de clase, existe la lucha entre las dos vías, el socialismo y el capitalismo y
existe el peligro de la restauración del capitalismo. Debemos reconocer la
naturaleza prolongada y compleja de esta lucha, redoblar nuestra vigilancia y
proseguir la educación socialista. Debemos comprender y resolver de manera
correcta las contradicciones de clases y la lucha de clases, distinguir las
contradicciones entre nosotros y el enemigo (de clase. N.d.t. Q. G.)) de
aquellas en el seno del pueblo y tratarlas de modo correcto. De otro modo un
país socialistas como el nuestro se transformará en su opuesto; degenerará y
habrá luego la restauración del capitalismo”. (Mao, Sesión Plenaria del Comité Central del PCCh. 1962).
Advertencias
que cayeron en el vacio. Los comunistas de la época, los marxistas-leninistas
de la segunda etapa, las olvidaron o la consideraron muy superficialmente.
Ignorando o desconociendo totalmente las leyes generales de la construcción
socialista, durmieronse en sus laureles, se burocratizaron y perdieron de vista
el alma vida del marxismo-leninismo la Dialéctica Materialista. Al degenerar de
tal manera abrieron las puertas a la acción subversiva “desde arriba”, desde el
partido y el Estado socialista, a las diversas camarillas oportunistas de
derecha, agentes directos de las burguesías “rojas” y del imperialismo
internacional: Los Nikita Kruschev, los Brezhnev, los Gorbachov, Liu Shao-chi y
Teng Xiao-ping, y demás revisionistas
modernos. Así pudo ser derrocado el socialismo y restaurado el capitalismo
allí.
Es
una lección pagada con sangre. Todas las conquistas sociales y políticas
socialistas fueron anuladas y la humanidad trabajadora sufrió un gran
retroceso.
Ha
sido una derrota sufrida por la clase obrera mundial, tanto de los países entonces socialistas y
por todo el viejo Movimiento Comunista Internacional, de una importancia estratégica y que aún hoy estamos
pagando sus consecuencias. Para explicarla, no basta el simplemente
personalizarla –el “culpable fue estancamiento brezhnevista” o “el traidor fue
Gorbatchov”- aunque ciertamente los que actuaron fueron personas concretas,
pero es rehuir la esencia histórica de dicho dramático acontecimiento. En
realidad, tales personajes sólo han sido las cabezas de un movimiento de clase contrarrevolucionario
existente en el fondo de dichas sociedades socialistas de dictadura del
proletariado.
Para
explicarlo, desde una perspectiva marxista-leninista-maoísta, entonces es
necesario dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿Por qué ha podido
suceder que el capitalismo haya sido restaurado en el primer país socialista
del mundo, la URSS conquistada y construida por Lenin y Stalin? ¿Cuáles son
esas contradicciones, y cómo pueden ser superadas, en una sociedad socialista?
¿Puede existir la burguesía sin la existencia de la propiedad privada sobre los
medios de producción, y, más en general, cuando ha sido colectivizada y
estatizada y regida por una línea general de edificación socialista? ¿Si
existen las clases y la lucha de clases en la sociedad socialista, qué forma
asume la lucha de clases? Por último, siendo lo más importante, ¿dónde estaba
oculta esa burguesía y desde el cual pudo llevar a culmine su labor subversiva
antisocialista?
Tales
interrogantes fueron para los marxistas-leninistas de la segunda etapa un
arcano sellado, ni se las plantearon ni muchos menos percibirlas. Ciertamente
eran esos temas totalmente ignorados, ni siquiera sospechaban existiesen. Aunque
tengo que consignar, en su descargo parcial, que pese a las múltiples
advertencias señaladas por los Clásicos del marxismo-leninismo sobre tal
peligro de la restauración, principalmente por camaradas Lenin y Stalin –éste
último, por ejemplo, esencialmente comprendía dicho peligro como resultado de
la acción e infiltración de las potencias capitalistas extranjeras-, era esta
acción inédita hasta ese entonces. Ya que ni Marx, Engels, Lenin y Stalin han
tenido una similar experiencia concreta de ese tipo. Los dos primeros Maestros
del proletariado comunista internacional no alcanzaron a ver triunfar
durablemente una revolución socialista y menos la edificación de un Estado y
una economía socialista; Lenin, guía de la Gran Revolución Socialista de
Octubre, creador del Primer Estado Socialista Soviético y elaborador de la
Línea General de edificación del socialismo soviético, murió muy tempranamente
y cuando todavía no se habían iniciado la industrialización y colectivización
agrícola socialistas; Stalin, por su parte, luego de la realización de la
industrialización y la colectivización del campo soviético, sobre esa base
sentar firmemente al Estado Socialista Soviético, la URSS, y luego de hacer
morder el polvo a la bestia nazifascista que había osado pisotear el sagrado
suelo de la Patria obrero-campesina, no ha tenido la oportunidad de comprender
y estudiar a fondo esta cuestión para tratar de absolverla correctamente desde el punto teórico.
Tocole
al camarada Mao dar respuestas, primero que nadie, a dichas preguntas y el
señalar el camino correcto de salida. Él, cuando el renegado anticomunista N.
Kruschev y su camarilla revisionista dieron su golpe de Estado
contrarrevolucionario y antisocialista, en 1956, no sólo denunció y
desenmascaró al revisionismo moderno que se desbordaba a partir de la URSS en
el plano internacional, no sólo levantó la Gran Bandera Roja de la defensa de
los principios revolucionarios y las verdades universales del
Marxismo-Leninismo; no sólo llamó a recoger filas para organizar la contraofensiva
política e ideológica a los auténticos comunistas revolucionarios para parar y
derrotar a los renegados revisionistas modernos, quienes propalaban y empujaban
al proletariado comunista hacia el cenagal del pacifismo, del electoralismo y
del parlamentarismo; sino que a buscar y explicar las causas de la degeneración
kruscheviana y los objetivos aviesos hacia los que tendían.
El
camarada Mao Tse-tung, Gran Maestro del proletariado internacional y de los
pueblos oprimidos del mundo, poniendo el dedo en la llaga señaló
lapidariamente: “Los revisionistas en el
poder, es la burguesía en el poder”. Seguidamente elucidó brillantemente la
esencia de clase de todos acontecimientos que ocurrían antes nuestros ojos:
“En la sociedad, toda cosa es una unidad de
los opuestos. Esta es una verdad aún para la sociedad socialista, en la cual
hay unidad de los opuestos en el seno del pueblo como entre el enemigo y
nosotros. Si en nuestro país un pequeño número de personas crea también
desordenes la razón fundamental es que en la sociedad existen aún todo tipo de
aspectos contradictorios –positivos y negativos-, allí están aún clases,
individuos y opiniones en oposición”.
“La contradicción entre proletariado
y burguesía, entre vía socialista y vía capitalista es, sin duda alguna, la
contradicción principal actual de nuestra sociedad”. “En una época en la cual las clases y la lucha de clases existen todavía,
aquí como en otras veces, la clase
obrera y las masas populares que han conquistado el poder del Estado, deben derrotar la resistencia opuesta a la revolución de
toda clase, todo grupo y todo individuo contrarrevolucionario; poner fin a su actividad de restauración y de
prohibir a todos los contrarrevolucionarios de usufructuar de la libertad de
palabra para alcanzar sus objetivos contrarrevolucionarios”. “En nuestro país, la lucha para la
consolidación del régimen socialista, la lucha que decidirá la victoria del
capitalismo o del socialismo, se extenderá por un período histórico muy largo”.
Con
estas palabras el camarada Mao Tse-tung aclara la cuestión de la inevitabilidad
de la existencia de las clases, las contradicciones de clase y de la lucha de
clases en una sociedad socialista. Además, erradica la falsa idea
–adormecedora, quietista y oportunista-
de que el cumplimiento de la transformación del sistema de propiedad
privada basta para considerar liquidadas las relaciones capitalistas de
producción (basta pensar que en la sociedad socialista sigue aún existiendo la
compraventa de la fuerza de trabajo de los obreros, el sistema del salariado,
una categoría económica netamente no socialista, la cual es manifestación de la
subsistencia de la distribución capitalista), la cual ha servido de arma a los
enemigos de clase, particularmente a partir de 1956, para hacer bajar la
guardia del proletariado en dichos países.
Mao
al poner en guardia al proletariado, respecto a no olvidar la lucha de clases
en el socialismo y sobre el peligro de una restauración del capitalismo, dado
que en el seno de la sociedad socialista existen las contradicciones de clases,
le indica otra cuestión clave: “Aquí hay
camaradas que hacen la revolución socialista y aún no saben donde esta la
burguesía; está precisamente en el Partido Comunista, son los elementos en el
poder en el Partido encaminado desde lejos en la vía capitalista. Los elementos
al poder en el seno del Partido que han
tomado la vía capitalista continúan en el seguir de ésta vía”.
Estos
elementos que siguen la vía capitalista, que complotan por la restauración del
capitalismo, usurpadores de creciente áreas de poder en el seno del Partido
Comunista y del Estado Socialista resultan ser representantes de los intereses
de clase de la burguesía o elementos burgueses infiltrados en el partido. Los
portadores de la restauración del capitalismo, subvertidores
contrarrevolucionarios de la dictadura del proletariado y de la dictadura
democrático-popular. Ellos han pugnado, solapadamente unas veces y otras
abiertamente, cuando las condiciones políticas le son favorables, por la
reimplantación de la dictadura de su clase, la burguesía, y convertir si han
triunfado al país socialista o en una potencia imperialista o en colonia del
imperialismo internacional, en particular de la Superpotencia estadounidense.
En
esta titánica y firme lucha del camarada Mao, por prevenir la llegada de los
revisionistas al poder, impedir la restauración del capitalismo y asegurar el
triunfo definitivo del pasaje de la primera etapa del comunismo, el socialismo,
a su etapa superior el comunismo completado e internacional, él a hecho su más
grande aporte científico al desarrollo del Marxismo-Leninismo en los campos de
la economía, de la política y de la ideología: La Teoría de la continuación de
la revolución bajo las condiciones de la Dictadura del Proletariado.
Él,
luego de un concienzudo estudio de las obras teóricas, económicas y políticas,
de sus Grandes Predecesores Marx, Engels, Lenin y Stalin alrededor de este asunto de las leyes de la edificación
de la sociedad socialista y la existencia de la lucha de clases en ella, de la
experiencia económica y política de la Unión Soviética, los países de
democracia popular de Europa Oriental y de la misma China Popular ha sabido
extraer grandes lecciones de esos estudios, y como marxista-leninista que era
sin perder jamás su profundo sentido crítico, y así podido descubrir y legarnos
la ley general de la continuidad de la revolución bajo las condiciones de la
dictadura del proletariado.
No
sólo. Mao nunca fue un adocenado teórico de pupitre; un creador de teorías
desligadas de la práctica revolucionaria personal y de las masas trabajadoras
en lucha por la construcción de su radiante futuro. Él, personalmente, no sólo
ha elaborado dicha científica teoría, sino que se ha comprometido directamente
en su comprobación práctica. Es así que no sólo ha elaborado la estrategia sino
que ha conducido, la concreción práctica de tal teoría, la Gran Revolución
Proletaria Cultural Socialista.
El
camarada Mao ha dirigido con paciencia, amor y firmeza está revolución política
contra los usurpadores revisionistas, los cuales eran ya dominantes de
crecientes áreas de Poder del Partido, del Estado y de las Organizaciones de
masas de los trabajadores, a las amplias masas populares, cuadros y militantes
partidarios en esta grandiosa revolución política por la defensa de las
conquistas socialistas. Con la voz de mando de “Fuego sobre el cuartel general” desencadena el más potente
movimiento revolucionario de masas jamás ocurrido en la historia de la
humanidad, dirigido a criticar a la burguesía y al revisionismo moderno. Él
remarcando con decisión y firmeza el objetivo y las tareas políticas e
ideológicas de la gran revolución cultural proletaria señala: “La Gran Revolución Cultural Proletaria en
curso es absolutamente indispensable y cuanto más oportuna, para consolidar la
dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y edificar
el socialismo”, “Los representantes
de la burguesía infiltrados en el Partido, en el gobierno, en el ejército y en
los diversos ambientes culturales, forman una pandilla de revisionistas
contrarrevolucionarios. Si se presentase la ocasión, tomarían el poder y
transformarían la dictadura del proletariado en dictadura de la burguesía”.
Y
asumiendo la alta responsabilidad que la historia y el pueblo chino le han
asignado, él hace un vibrante llamamiento a la clase obrera y a todo el pueblo
chino a ponerse una vez más de pies, “Proletarios
revolucionarios, uníos y arrancad el poder al puñado de responsables del
Partido encaminados sobe la vía capitalista”.
Diez
largos años ha durado esta etapa de la GRSCP, en el transcurso finalmente a
muerto por desgracia el Gran Timonel camarada Mao Tse-tung, tenía entonces 83 años
de edad. Aprovechando el dolor y el desconcierto del pueblo trabajador chino,
la camarilla revisionista encabezada por Hua Kuo-feng y Teng Xiao-ping, apoyada
por los mandos del otrora Ejército Popular de Liberación, dan su
contrarrevolucionario golpe de estado y derriban la dictadura del proletariado
y se hacen del poder. Los acontecimientos ulteriores demuestra por su sentido
negativo todas las advertencias política dictadas por el camarada Mao: En lugar
de la dictadura del proletariado se
implanta una dictadura burguesa de tipo fascista, el socialismo es trocado en
capitalismo y la China Popular de Mao se convierte en una famélica potencia
socialimperialista con ambiciones de hegemonizar al mundo.
Por
segunda vez, el proletariado comunista internacional sufre una gran derrota del
mismo tipo que aquella que se ha dado en 1956.
Lo
proletarios comunistas hemos perdido, en el transcurso de los últimos 50 años
del siglo XX, una nueva batalla, pero no la guerra de clase. Pero, como el ave
Fénix renace de sus cenizas, los comunistas levantamos nuevamente la bandera
roja y no la amainaremos hasta conquistar el comunismo en todo el planeta.
2-11-12
Publicado por Viento del este.webnode.es
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