por Quibian Gaytan
Se aproxima el primer centenario del inicio de esa
criminal carnicería que la historia llama la Primera Guerra Imperialista
Mundial. Porque fue, realmente, un encontronazo entre potencias imperialistas exigentes,
como hoy, de una nueva redistribución económica y territorial del planeta. Fue
un choque armado, entre las burguesías de las diferentes potencias
imperialistas, extremadamente, violento y sangriento, pero con la salvedad que
la clase obrera y los pueblos fueron los que derramaron su sangre. Como siempre
son los señores, capitalistas y militares, los que declaran las guerras, pero
los pueblos los que ponen los muertos.
La espada ha sido puesta, hoy, una vez más en
la mesa de reparto del previsible botín. Como aquel entonces, confrontanse dos
bloques militares: Aquel de las viejas potencias imperialistas europeas,
coaligadas en la UE, capitaneadas y llevadas a rastras por la superpotencia
estadounidense, y aquellas del bloque imperialista euroasiático.
Igual que antaño, cuando el asesinato del príncipe
heredero austriaco, sólo se espera un pretexto justificador de ésta nueva
carnicería mundial. Y nada mejor que provocar al adversario, cuando ya ha dado
muestra solida de recuperación y consolidación económica y militar luego de la
oficialización de la contrarrevolución antisocialista, mordisqueando
directamente sus áreas estratégicas de defensa nacional. Y eso es lo que ha
estado haciendo el imperialismo estadounidense, a lo largo de la última década,
en el territorio de la otrora Unión Soviética: Estonia, Letonia, Lituania,
Tadzhikistán, Chechenia y Georgia, hoy Ucrania.
Tanto Usa como la UE, cada uno en búsqueda de objetivos
diferentes, desde hace algunos meses han estado hurgando el panal de
avispa que es Ucrania. Ellas se han dedicado a desestabilizar políticamente a
Ucrania, a exacerbar conflictos interétnicos –no sólo contra rusoucraniano,
sino contra otras minorías nacionales no ucranianas residentes áreas
establecidas y reconocidas en sus derechos políticos y nacionales- y atizar el
nacionalismo de la gran burguesía compradora ucraniana contra su rival
económica y política la gran burguesía burocrático-compradora rusa. Hasta no
pararse en instigar, financiar y sostener el golpe de Estado nazista del
22 de febrero último.
¿Hasta dónde más había de retroceder Moscú? Ante esta
descarada y provocadora intromisión en las ya bastante tirantes relaciones
Moscú-Kiev de las potencias imperialistas occidentales, la respuesta rusa ha
estado a la altura de la agresión política y ha sido demoledora. Los
gobernantes del Kremlin han movilizado a la parte rusoparlante y beneficiado
del temor a la violación de sus derechos nacionales de las otras minorías
nacionales establecidas en Urania; las que, además de pedir la “protección”
rusa, amenazan a Kiev con ejercer su derecho a la libre determinación; la que,
ni corta ni perezosa, ha movilizado parcialmente tropas en derredor de Ucrania.
Lo que ha terminado por aislar al régimen fascista fantoche de Kiev y dado un real
portazo en las narices al bloque militar USA-UE.
Lo demás es pataleo de ahogados. Bruselas, con Washington
de batutero, ha lanzado amenazas –dizque no “reconocerá el referéndum
separatista y la anexión de Crimea por Rusia” y es de suponer de cualquier otro
referéndum por parte de las regiones “prorrusas” en Ucrania- y decidido un
paquete de sanciones económicas y políticas contra Moscú. Por lo que toca a lo
primero no son más meras bravatas, de aplicarlas efectivamente verán pronto se
convertirán en un boomerang. Europa, resquebrajada por la crisis económica que
la azota, desde hace 7 años y sin visos de recuperación, depende vitalmente del
petróleo ruso. Por la otra, si prosigue, sirviendo de títere belicista de
Obama, no le quedará otro camino que enfrentarse militarmente a Rusia. ¡Rusia o
es ya la de 1989 ni los europeos estarán dispuestos a quemarse los dedos, o
algo más, por el lacayo presidencial de los monopolios gringos, Obama!
En realidad, los nazistas irredentistas de Kiev
pieza que son del tablero de las rivalidades interimperialistas, en los hechos
son de bajo valor, esto es desechables. Juzguese si no el secuestro y
abatimiento a tiros de líder militar de "Prevyi Sektor". ¿Quién o
quiénes estaban interesados de sacarlo del juego de poder? ¿Los mafiosos
oligarcas gobernantes de Kiev, la Gran burguesía rusa o los Servicios de
"inteligencia" norteamericanos? O ¿todos a la una por cuanto
obstáculo probable a las tratativas tras bambalinas de las potencias imperialistas?
Mucho está en juego, pero bastante está en riesgo.
Aunque los vastos recursos de Rusia y de China son sueños
de tentación expansionista para el capital monopolista europeo occidental.
¿Será verdad que Moscú bien vale una guerra?
La burguesía monopolista paneuropea, siguiendo las
trazas y los sueños de aquella de la del otro-lado-del-Atlántico, parece así
creerlo. La tentación del objetivo a alcanzar es muy grande.
Por lo pronto, aparenta seguir el juego de los
norteamericanos. También ella le ha entrado a los juegos de guerra
estadounidenses, de cerrar el cerco militar nuclear de Rusia y China. Mamón
cierra el entendimiento de quienes quiere perder. La UE se hace parte de los
gigantescos ejercicios de guerra de USA, llevándolos no sólo a las fronteras
mismas de Rusia, sino que a lo confines mismos de lo que ésta considera áreas
estratégicas de autodefensa. Esto es, a áreas que ésta, la misma que ha servido
a los imperialistas estadounidenses en todo momento como justificativo de sus
depredaciones y la que ya ha recurrido casi cotidianamente, pueden “afectar la
seguridad nacional”.
En ello involucrando a todos aquellos países que otrora,
en la segunda preguerra, fueron integrados, por Inglaterra y Francia, en su
enemiga a la URSS de Stalin, en el llamado “Telón de acero”. Allí estuvieron y
ahora están, actuando como Estados dadores de carne de cañón Polonia, los
países bálticos, Finlandia, Rumania, Bulgaria. Ahora contando, además, con
Georgia y Ucrania.
Pero las potencias del bloque militar USA-UE, así
haciendo olvidan que ahora, por la impronta estadounidense que portan y los
enceguece, han tenido que hacer alianza con fuerzas extremadamente anti-UE como
son las nazistas autoridades de Georgia y Kiev. Las que, como fuerzas
provocadoras que son, no dejarán de actuar como la piedra que se levanta para
dejarla caer sobre los propios pies. ¿O es qué piensan poder manejar a los
revanchistas nazis por encerrados en países periféricos? En realidad, son
ciegos al hecho que los nazistas georgianos y ucranios se encuentran
indisolublemente entrelazados con el movimiento neonazi europeo y
norteamericano.
Pero, lo que no es aún percibible para la burguesía
imperialista europea, por lo menos a su ala atlantista, ya se está haciendo
claro a su sector democrático burgués. La cual, colocada de cara a una salto
colosal del militarismo, del remontar del fascismo y del caminar al borde de la
guerra termonuclear, aunque tímidamente, aún, dejar oír su voz de alerta.
Así los Partidos socialistas de Alemania y Gran Bretaña
han hecho público un Manifiesto unitario, tomando en cuenta las elecciones
europeas de mayo próximo. En él, muy oportunamente estos socialistas burgueses,
remarcan: “Europa se encuentra una vez más al borde de la catástrofe…Las
ambiciones y” (la lucha de) “competencia de las potencias imperialistas… ha
llevado a una situación en la que una pequeña chispa volvería a ser suficiente
–al igual que en 1914 el asesinato del archiduque Fernando en Sarajevo- para
encender un conflicto regional en una conflagración mundial”.
Independientemente, del tono quejumbroso y los fines
electoreros de estos socialistas europeos, un tal llamado, no olvidando por
ningún momento que estos señores reformistas, como socialimperialistas que
siempre han sido y ayuda de cámara de sus propias burguesías imperialistas que
sean, es un positiva alerta antifascista y antiguerra termonuclear. El cual los
comunistas (ML), los Marxistas Leninistas y Maoístas no podemos dejar caer en
saco roto. Tomémosle la palabra, llevémosles por el camino de la unidad de
acción antinazista, antiimperialista y contra la guerra imperialista en
desarrollo.
Eduquemos, organicemos y movilicemos a la clase obrera
mundial, a los pueblos de cada uno de nuestros países, en la necesidad urgente
de generar un poderoso movimiento no sólo para prevenir y parar está
amenaza de una Tercera Guerra Imperialista Mundial, la que sólo podrá ser de
estallar una pavorosa guerra termonuclear, sino para que pasen a la ofensiva
revolucionaria contra todos los portadores concretos de la guerra.
El educar a la clase obrera y a los pueblos de todo el
mundo en el hecho de que esta nueva guerra imperialista mundial sólo podrá ser
parada con la guerra popular antiimperialista y anticapitalista. Derrocar y
reducir a polvo a este sistema capitalista, generador de guerra entre las
naciones, de explotación de las clases proletarias y de opresión contra
nuestros pueblos.
Hacer de la guerra popular la antípoda victoriosa de la
guerra imperialista.