martes, 8 de abril de 2014

SUENAN LAS ALARMAS DE GUERRA




por Quibian Gaytan

Se aproxima el primer centenario del inicio de esa criminal carnicería que la historia llama la Primera Guerra Imperialista Mundial. Porque fue, realmente, un encontronazo entre potencias imperialistas exigentes, como hoy, de una nueva redistribución económica y territorial del planeta. Fue un choque armado, entre las burguesías de las diferentes potencias imperialistas, extremadamente, violento y sangriento, pero con la salvedad que la clase obrera y los pueblos fueron los que derramaron su sangre. Como siempre son los señores, capitalistas y militares, los que declaran las guerras, pero los pueblos los que ponen los muertos.

La espada ha sido puesta, hoy, una vez más en la mesa de reparto del previsible botín. Como aquel entonces, confrontanse dos bloques militares: Aquel de las viejas potencias imperialistas europeas, coaligadas en la UE, capitaneadas y llevadas a rastras por la superpotencia estadounidense, y aquellas del bloque imperialista euroasiático.

Igual que antaño, cuando el asesinato del príncipe heredero austriaco, sólo se espera un pretexto justificador de ésta nueva carnicería mundial. Y nada mejor que provocar al adversario, cuando ya ha dado muestra solida de recuperación y consolidación económica y militar luego de la oficialización de la contrarrevolución antisocialista, mordisqueando directamente sus áreas estratégicas de defensa nacional. Y eso es lo que ha estado haciendo el imperialismo estadounidense, a lo largo de la última década, en el territorio de la otrora Unión Soviética: Estonia, Letonia, Lituania, Tadzhikistán, Chechenia y Georgia, hoy Ucrania.

Tanto Usa como la UE, cada uno en búsqueda de objetivos diferentes, desde hace algunos meses han estado hurgando el panal  de avispa que es Ucrania. Ellas se han dedicado a desestabilizar políticamente a Ucrania, a exacerbar conflictos interétnicos –no sólo contra rusoucraniano, sino contra otras minorías nacionales no ucranianas residentes áreas establecidas y reconocidas en sus derechos políticos y nacionales- y atizar el nacionalismo de la gran burguesía compradora ucraniana contra su rival económica y política la gran burguesía burocrático-compradora rusa. Hasta no pararse en  instigar, financiar y sostener el golpe de Estado nazista del 22 de febrero último.

¿Hasta dónde más había de retroceder Moscú? Ante esta descarada y provocadora intromisión en las ya bastante tirantes relaciones Moscú-Kiev de las potencias imperialistas occidentales, la respuesta rusa ha estado a la altura de la agresión política y ha sido demoledora. Los gobernantes del Kremlin han movilizado a la parte rusoparlante y beneficiado del temor a la violación de sus derechos nacionales de las otras minorías nacionales establecidas en Urania; las que, además de pedir la “protección” rusa, amenazan a Kiev con ejercer su derecho a la libre determinación; la que, ni corta ni perezosa, ha movilizado parcialmente tropas en derredor de Ucrania. Lo que ha terminado por aislar al régimen fascista fantoche de Kiev y dado un real portazo en las narices al bloque militar USA-UE.

Lo demás es pataleo de ahogados. Bruselas, con Washington de batutero, ha lanzado amenazas –dizque no “reconocerá el  referéndum separatista y la anexión de Crimea por Rusia” y es de suponer de cualquier otro referéndum por parte de las regiones “prorrusas” en Ucrania- y decidido un paquete de sanciones económicas y políticas contra Moscú. Por lo que toca a lo primero no son más meras bravatas, de aplicarlas efectivamente verán pronto se convertirán en un boomerang. Europa, resquebrajada por la crisis económica que la azota, desde hace 7 años y sin visos de recuperación, depende vitalmente del petróleo ruso. Por la otra, si prosigue, sirviendo de títere belicista de Obama, no le quedará otro camino que enfrentarse militarmente a Rusia. ¡Rusia o es ya la de 1989 ni los europeos estarán dispuestos a quemarse los dedos, o algo más, por el lacayo presidencial de los monopolios gringos, Obama!

 En realidad, los nazistas irredentistas de Kiev pieza que son del tablero de las rivalidades interimperialistas, en los hechos son de bajo valor, esto es desechables. Juzguese si no el secuestro y abatimiento a tiros de líder militar de "Prevyi Sektor". ¿Quién o quiénes estaban interesados de sacarlo del juego de poder? ¿Los mafiosos oligarcas gobernantes de Kiev, la Gran burguesía rusa o los Servicios de "inteligencia" norteamericanos? O ¿todos a la una por cuanto obstáculo probable a las tratativas tras bambalinas de las potencias imperialistas? 

Mucho está en juego, pero bastante está en riesgo.

Aunque los vastos recursos de Rusia y de China son sueños de tentación expansionista para el capital monopolista europeo occidental. ¿Será verdad que Moscú bien vale una guerra?

La  burguesía monopolista paneuropea, siguiendo las trazas y los sueños de aquella de la del otro-lado-del-Atlántico, parece así creerlo. La tentación del objetivo a alcanzar es muy grande.

Por lo pronto, aparenta seguir el juego de los norteamericanos. También ella le ha entrado a los juegos de guerra estadounidenses, de cerrar el cerco militar nuclear de Rusia y China. Mamón cierra el entendimiento de quienes quiere perder. La UE se hace parte de los gigantescos ejercicios de guerra de USA, llevándolos no sólo a las fronteras mismas de Rusia, sino que a lo confines mismos de lo que ésta considera áreas estratégicas de autodefensa. Esto es, a áreas que ésta, la misma que ha servido a los imperialistas estadounidenses en todo momento como justificativo de sus depredaciones y la que ya ha recurrido casi cotidianamente, pueden “afectar la seguridad nacional”.

En ello involucrando a todos aquellos países que otrora, en la segunda preguerra, fueron integrados, por Inglaterra y Francia, en su enemiga a la URSS de Stalin, en el llamado “Telón de acero”. Allí estuvieron y ahora están, actuando como Estados dadores de carne de cañón Polonia, los países bálticos, Finlandia, Rumania, Bulgaria. Ahora contando, además, con Georgia y Ucrania.

Pero las potencias del bloque militar USA-UE, así haciendo olvidan que ahora, por la impronta estadounidense que portan y los enceguece, han tenido que hacer alianza con fuerzas extremadamente anti-UE como son las nazistas autoridades de Georgia y Kiev. Las que, como fuerzas provocadoras que son, no dejarán de actuar como la piedra que se levanta para dejarla caer sobre los propios pies. ¿O es qué piensan poder manejar a los revanchistas nazis por encerrados en países periféricos? En realidad, son ciegos al hecho que los nazistas georgianos y ucranios se encuentran indisolublemente entrelazados con el movimiento neonazi europeo y norteamericano.

Pero, lo que no es aún percibible para la  burguesía imperialista europea, por lo menos a su ala atlantista, ya se está haciendo claro a su sector democrático burgués. La cual, colocada de cara a una salto colosal del militarismo, del remontar del fascismo y del caminar al borde de la guerra termonuclear, aunque tímidamente, aún, dejar oír su voz de alerta.

Así los Partidos socialistas de Alemania y Gran Bretaña han hecho público un Manifiesto unitario, tomando en cuenta las elecciones europeas de mayo próximo. En él, muy oportunamente estos socialistas burgueses, remarcan: “Europa se encuentra una vez más al borde de la catástrofe…Las ambiciones y” (la lucha de) “competencia de las potencias imperialistas… ha llevado a una situación en la que una pequeña chispa volvería a ser suficiente –al igual que en 1914 el asesinato del archiduque Fernando en Sarajevo- para encender un conflicto regional en una conflagración mundial”.

Independientemente, del tono quejumbroso y los fines electoreros de estos socialistas europeos, un tal llamado, no olvidando por ningún momento que estos señores reformistas, como socialimperialistas que siempre han sido y ayuda de cámara de sus propias burguesías imperialistas que sean, es un positiva alerta antifascista y antiguerra termonuclear. El cual los comunistas (ML), los Marxistas Leninistas y Maoístas no podemos dejar caer en saco roto. Tomémosle la palabra, llevémosles por el camino de la unidad de acción antinazista, antiimperialista y contra la guerra imperialista en desarrollo.
 
Eduquemos, organicemos y movilicemos a la clase obrera mundial, a los pueblos de cada uno de nuestros países, en la necesidad urgente de generar  un poderoso movimiento no sólo para prevenir y parar está amenaza de una Tercera Guerra Imperialista Mundial, la que sólo podrá ser de estallar una pavorosa guerra termonuclear, sino para que pasen a la ofensiva revolucionaria contra todos los portadores concretos de la guerra.

El educar a la clase obrera y a los pueblos de todo el mundo en el hecho de que esta nueva guerra imperialista mundial sólo podrá ser parada con la guerra popular antiimperialista y anticapitalista. Derrocar y reducir a polvo a este sistema capitalista, generador de guerra entre las naciones, de explotación de las clases proletarias y de opresión contra nuestros pueblos.

Hacer de la guerra popular la antípoda victoriosa de la guerra imperialista.

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