COMUNICADO DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA (ML) DE
PANAMÁ
Primer
balance general de las elecciones
del 4 de
mayo de 2014
Han
terminado las elecciones burguesas del 4 de mayo, del corriente, con los
resultados por todos ya conocidos. Según cifras dadas por el mismo Tribunal
Electoral, institución estatal que ha dictado ante sí y de por si la
convocatoria, las pautas reglamentarias, la organización, financiamiento,
supervisación y conteo – un real superpoder, por colocado por encima de los
órganos del Estado- las fuerzas políticas encontradas en el torneo eleccionario
han sido:
a) Partido Cambio Democrático con 460,678
inscritos. Partido gobernante, representante de la facción política de una
fracción corporativista de la burguesía burocrática, aquella proimperialista
yanqui por obligación y proimperialismo italiano por convicción y raíces
nacionales de origen. Ultraderechista y con una política populista de derecha,
fascista de tipo italiano. Su líder máximo y su dueño personal Ricardo
Martinelli, gran terrateniente y monopolizador de supermercados, banquero y
copropietario en el monopolio del transporte colectivo; como queda dicho un
fascista histórico, por desprendimiento del Partido Panameñista, creado por el
pronazista Dr. Arnulfo Arias Madrid, cómplice de la invasión gringa del 20 de
diciembre de 1989.
b) Partido Panameñista (anteriormente
partido arnulfista, en la antevíspera Revolucionario Auténtico y en su origen
Partido Nacional Revolucionario (PNR)), en número redondo cuenta con 217,411
inscritos . Facción política de la burguesía compradora, descaradamente
pro-imperialista yanqui y propulsor de la política económica neoliberal; hace
parte de la Internacional Liberal y
fascista histórico. Su líder actual es José Luis Varela –hace su imperio
económico en la producción de bebidas alcohólicas, banquero-,miembro prominente
del Opus Dei, ultraderechista, anticomunista. Otro de los propiciadores y
beneficiarios de la invasión del 20 de diciembre de 1989.
c) Partido Revolucionario Democrático
(PRD). Según cifras oficiales posee 460,506
inscritos. Facción dominante del ala burocrática burguesa.
Socialdemócrata de derecha, afiliado a la Internacional Socialista,
antiyanquista pero no antiimperialista, corporatista y aplicador de una
política populista de “derecha” una veces; combina una política
estatalista-corporatista y el neoliberalismo en
algún período –principalmente, luego de ser defenestrado por la invasión gringa;
iniciador de la ola de privatización de las empresas capitalistas durante el del
estado; otras, se ha caracterizado por un populismo de “izquierda”. Posee una
estructura vertical y se encuentra organizado en claros frentes de masas. Ha
gobernado el país por 40 años: En sus inicios brazo político de la dictadura
militar, hoy actúa como representante, como queda dicho, de la burguesía
burocrática estatalista. Su máximo dirigente, más no su líder, lo es Juan
Carlos Navarro. Gran burgués de origen y por posición social.
Ch) Partido Frente Amplio por la Democracia
(FAD). De reciente formación, cuenta con 51,342 inscritos. Su núcleo formativo está integrado
por el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción (27000
miembros), fracciones gremialistas de profesores, médicos, profesionales e
intelectuales de “izquierda” (una amalgama de prolulista-chavistas,
trotzkystas, castristas y guevaristas). Por esa composición político-ideológica
de intelectuales pequeñoburgueses, en su naturaleza de clase representa a una
facción de la burguesía nacional; por su realidad política es el brazo político
legal- formal del MLN-29, una organización otrora ultraizquierdista hoy pasada
al derechismo conciliacionista y al reformismo político pequeño burgués. Tiene
como su representante legal y candidato presidencial al ex-obrero, hoy abogado,
y sindicalista de derecha Genaro López.
d) LIBRE POSTULACIÓN: Juan Jované,
promovido por el MIREN (Movimiento Independiente de Refundación Nacional)
un movimiento de masa, pluriforme y multiclasista, no presenta ni postula ideología política
alguna en específico ni en particular. Una Alianza electoral de trotzkystas, profesionales
e intelectuales progresistas, de alguna manera de “centro izquierda”. Sin
programa de gobierno democrático, aunque si cuenta con un programa
administrativo una especie de pastel del que todos pueden comer sin intoxicarse.
Poco
implantado en las organizaciones de masas. Su Dirigente y candidato
presidencial lo es el economista burgués liberal Jované. Es, lo mismo que el
FAD, una de las facciones políticas de la izquierda burguesa, o burguesía fuera
del poder oligárquico.
e) LIBRE POSTULACIÓN. Sin una estructura
política formal, lo representa el señor Esteban Rodríguez. Jerarca en los
medios del transporte colectivo. Indefinido ideológicamente. Pero, fuertemente
procapitalista, neoliberista y proimperialista yanqui. De derecha y
antisindicalista, colaboracionistas, representa a la pequeña burguesía con
mentalidad semifeudal.
f) LIBRE POSTULACIÓN. Candidato
presidencial del partido independiente Gerardo Barroso, sin estructura
partidaria nacional, luego un aventurero político. Un presta figura para la
democraticidad aparente del sistema electoral panameño.
LOS RESULTADOS ELECTORALES
Según
ha señalado, con antelación, el Tribunal Electoral la población total
electoral, es decir mayores de edad y con derecho a votar, alcanza la cifra de
2,457,401 ciudadanos de todo el país. Esto es, un total de 90.39% alcanzado.
En
estas elecciones del 4 de mayo, según datos oficiales (5/5/14), los votantes
han sido: 1,827,172.
De lo
que se deduce, por simple fórmula aritmética, que de la suma de ciudadanos con
el derecho a ejercer sufragio y los que han participado realmente, 632,229 no
lo han hecho. Es decir, que más de medio millón de ciudadanos no han concurrido
a las urnas. Siguiendo en esa misma línea, habiendo constatado que de la suma
de votos válidos el Tribunal Electoral ha señalado que los votos blancos han
sido 14,212 y aquellos que han anulado el voto 16,065; lo que arrojaría un
subtotal de 30,277.
Encontraremos
que la suma de abstenciones y los votos blanco y nulo nos dan un gran total de
662,506 ciudadanos se han negado a dar su voto al régimen político imperante.
¡Es decir, que un poco más de un tercio de la población electoralmente activa
ha boicoteado el proceso eleccionario!
O en
otras palabras, esta alta cuota de no participantes comprueba que éstos han
optado por no elegir o comprar cualquier “producto” de la “oferta electoral,
presentada en el <mercado llamado elecciones> que son los torneos
electorales en Panamá. Que un número plural de personas, lo que ha permitido
este salto cualitativo parcial del abstencionismo, han perdido confianza en la potencialidad del
sistema democrático representativo basado en el electoralismo. Que para los
mismos, además, el proceso electoral como simple ejercicio formal por sí, hoy,
en Panamá, no constituye idóneo
mecanismo de cambio de la realidad política ni garantía de posesionamiento real
del poder para las clases trabajadoras.
LA BURGUESÍA NO TIENE NADA DE POR QUÉ ALEGRARSE
Según
las cifras brindadas por el propio Tribunal Electoral, viéndolo ahora desde el
ángulo de los grandes partidos políticos de la Gran Burguesía, de la izquierda
burguesa como independientes arrojarían los siguientes datos:
El Partido Cambio Democrático, es decir su candidato presidencial
JOSE DOMINGO ARIAS, ha apañado la cifra de 581,238 votantes
(31.40%). Perdiendo ha podido acrecer su caudal de votos. Por su parte, el
Partido Panameñista (con su candidato presidencial Juan Carlos Varela) se la ha
arreglado para conseguir 723,687 votos
(39.10%). También creciendo su números de votos.
Todo lo
cual nos estaría
indicando que
los partidos políticos de la Gran Burguesía, como un todo, han alcanzado la
cifra de 1,825,574 votos.
¡Eh,
alto ahí! No nos han dicho esos partidos burgueses y ese mismo Tribunal
Electoral, triunfalistamente, que el total de votos válidos eran
1,827,172. Si a
dicha cifra le descontamos lo equivalente no participantes que arrojan la cifra de 632,229 eso arrojaría un número
redondo de 1,194,943 ¿De dónde, pues, sale esa cifra de votos (1, 258,574)
acumulados por los partidos burgueses oficiales?
A la
pura verdad, algo huele mal en este recién pasado torneo electoral. Si a la
cifra de votos acumulados por los partidos políticos del régimen, Usted le suma
el total de abstenciones, voto nulos y blancos
se encontrará no hay cuadratura posible (1, 698,163 + 650,295 le dará un gran
total de 2, 395,856 y no las cifras que contabilizaba el Tribunal Electoral
para el total de la población con el derecho a ejercer sufragio de ¡2, 221,265!
Más
aún, sospechosamente, estarían faltando 174,591 votos por debajo de aquellos válidos.
Es decir, que la cabra se parió en el monte y los cabritos se perdieron.
Por lo
que habría que concluir que un GRAN FRAUDE ELECTORAL SE HA COMETIDO. Que los
causantes de una tal violación a la propia legalidad institucional y
constitucional lo son tanto los partidos políticos del régimen oligárquico como
el susodicho tribunal electoral.
Todos
han actuado al unísono y complicidad. Como un auténtico y real partido
transversal. Partido que, más allá de las formales diferencias nominales de
organización política legal y oficial, de circunstacionales diferencias y
pugnas de control y distribución nacidas de la forma específica de apropiación
de la plusvalía generalizada por los mecanismos
de recaudación del Estado, más allá inclusive de la forma económica privada de su
producción y percepción específica, los conjunta en un mismo interés colectivo
de clase y en una misma dirección política y línea programática. Uniendo en un
mismo interés común y función diversidad de grupos económicos, grupos
políticos, grandes partidos políticos tradicionales – PRD, CD, PP, Molirena,
PDC-, grupos mafiosos (señores de la droga, narcotraficantes nacionales e
internacionales, lavadores de dinero sucio, tratantes de blanca, etc.) y altos
burócratas que hacen de los fondos públicos la base de su enriquecimiento y
poder político personal. Base económica del vigente sistema oligárquico de
poder estatal y gubernamental, como de la exigencia de su renovación, luego de
la defenestración de la dictadura militar por la invasión militar
estadounidense ese 20 de diciembre de 1989.
Invasión
imperialista que, en sus efectos, no sólo ha quebrado todo el viejo sistema de
estado y el sistema de gobierno, sino que profundizando la crónica crisis
política de la forma oligárquica del Estado burocrático-comprador panameño
impone a las clases “políticas” gobernantes –reflejo de las exigencias de las
clases sociales dominantes- esta Segunda Gran Reforma del Estado y de la forma
de gobierno.
Crisis
del sistema de poder oligárquico –abarcante
del poder estatal mismo y que no pueda ya seguir como hasta ahora ni
volver a la forma estatal de antes del golpe militar del 68; crisis del sistema
de estructura institucional; crisis de representatividad de la partidocracia
burguesa tradicional- que los resultado del último torneo electoral han probado
es insuperable para cualquiera de las dos grandes fracciones de la burguesía
panameña, semifeudal y neocolonizada.
En
efecto, los resultados electorales han demostrado ante la sociedad panameña en su conjunto que:
(1) La unidad de la clase capitalista hegemónica no es alcanzable, está
irrecuperablemente agrietada y se profundiza; (2) Que luego de los cinco años
de la administración Martinelli la cuestión de qué fracción dará culmine
legitimizador y dirección al Segundo Estado y a la Segunda República oligárquica,
esto es a la “reforma constitucional”, no ha encontrado visos de solución; (3)
Que lo más trascendental del mismo, no es simplemente que no se ha logrado
atraer a consenso, ni siquiera con el recurso del clientelismo desbordado y
generalizado, a una gran parte del electorado tradicionalmente descontento,
desconfiado y antioligárquico, todo lo contrario, sino que se ha acrecentado
decisoriamente.
Todo lo
cual augura una mayor profundización de la crisis hegemónica de la burguesía
burocrático-compradora. La que no podrá, a ojos vista, ni osará convocar a una
Constituyente (aunque “paralela” sea) para lograr la culminación de su
reaccionario proyecto de reforma del estado sin provocar la injerencia
independiente y revolucionaria de los sectores más avanzados de la población
abstencionista. El impedir que los sectores políticamente más avanzados de la
población abstencionista se convierta, en una tal coyuntura política, en un
movimiento político real e independiente, coordinable e influido por la
izquierda marxista-leninista-maoísta.
LA BANCARROTA DE LOS PARTIDOS DE LA IZQUIERDA BURGUESA
Pese a
las advertencias políticas de la izquierda proletaria, es decir de los
comunistas (marxistas-leninistas), y de los abstencionistas de izquierda para
que no legitimasen los planes continuistas y el proyecto de la II Gran Reforma
del Estado oligárquico-burgués en su reaccionario designio político
presidencialista, corporatista y neofascista, los partidos políticos de la
izquierda burguesa han persistido en el seguimiento de su oportunista línea de
colaboración y participación electorera. Al final, cosecharon lo que sembraron.
FAD:
Con su candidato Genaro López ha colectado 10,914 votos,
esto es el 0.59% del total. Poniendo así
en evidencia la fragilidad e inconsecuencia de su base electoral. La base del
SUNTRACS ha desertado totalmente de las
urnas o se han ido a votar con los partidos a que tradicionalmente han
pertenecido. Los gremios de educadores, sindicales, campesinos, médicos, etc.,
también ha desertado. El FAD, como su partido clandestino guía, el MLN-29,
hundido en su ilusionismo, constitucionalismo y electoralismo burgués, se ha
llenado de oprobio, máxime cuando su menospreciado rival político, J. Jované,
la logrado superarle sin tanta fanfarria y prepotencia por 749 votos. --
MIREN y demás independientes: Liderado por J.
Jované, ha alcanzado un total de 11,117 votos,
esto es, el 0.60%. Por su parte, el partido de Esteban Rodríguez ha logrado el
0.10% de los votos. Esto es 1,716. De seguido, el partido de Gerardo Barroso
consiguió la cantidad de 1,362 votos (0.08%).
Así
pues, en resumen, toda la izquierda burguesa panameña ha sufrido una aparatosa
derrota. Si no, vean Ustedes mismos, del total de votantes y válidos sólo han
alcanzado la cifra de 22,429 votos. Ha sido una derrota de magnitud aún peor
que aquella sufrida por la “izquierda” colaboracionista en las elecciones de 1984. Izquierda de aquel entonces que rejuntaba a esos mismos
trotzkistas de hoy, a los revisionistas browderistas del Partido del Pueblo, a
la intelectualidad de “revolucionaria” y a ese mismo Suntracs (con su Partido
Independiente de la Clase Obrera –PICO- que para el presente se presumía la
columna vertebral del FAD.
Ciega
la izquierda burguesa, a esas enseñanzas negativas de ese torneo eleccionario
de 1984, ensoberbecida por contar el respaldo del “sindicato más grande de la
historia del movimiento obrero panameño”, se ha lanzado a cabeza baja a la
participación electoral. Renegando, para ello, de las enseñanzas del
marxismo-leninismo-maoísmo y en muestra del más perverso reformismo político.
Ha cosechado la desastrosa consecuencia de su miopía política y su ilusionismo
electorero.
No
comprendiendo, lo que nunca les pasó por la mente, que la burguesía sólo
necesitaba su sigla y presencia como “izquierda panameña” en estas elecciones
para darle una falsa legitimidad a su culminado ultrarreaccionario proyecto de
la II Gran Reforma del Estado y de la II República oligárquicos burguesa. Pero,
no sólo que necesitaba de su presencia para, además de darse imagen
internacional de democraticidad, desacreditar a lo interno del país, ante los
ojos de las masas trabajadoras, a toda la izquierda clasista, proletaria y
revolucionaria. He ilusos, voluntariamente cayeron en la trampa que le han
tendido la gran burguesía y el imperialismo estadounidense.
EL ABSTENCIONISMO SE HA CONVERTIDO EN EL PRIMER
PARTIDO POLÍTICO ANTIOLIGÁRQUICO DEL PAÍS
Desde
el mismo día, luego de culminado el proceso eleccionario, las clases dominantes
han desatado, con gran fanfarria, una taimada campaña desinformativa tendente a
ocultar El fraude electoral cometido y, principalmente, el hecho más
trascendental que verdaderamente ha ocurrido. La conversión del fenómeno del
abstencionismo en el primer partido político antioligárquico del país.
Efectivamente,
alcanzando el 28% del electorado el abstencionismo (no votar, votar blanco o
anular el voto) ha devenido la segunda fuerza electoral del país y en el primer
partido político de masa antioligárquico. ¡Que 650,295 ciudadanos, con derecho
a participar electoralmente, han desertado de las urnas!
Esto
es, más de medio millón de personas, pertenecientes a diversos sectores de las
clases populares y clases trabajadoras que no creen más ni se sienten
representadas en un sistema opresor, económico y político, corrupto y
corruptor. Que rechazan este vigente sistema de poder y todo su sistema
institucional y su ordenamiento constitucional.
Creando
espontáneamente, por las fuerzas de los hechos, pese la poca real incidencia de
la propaganda electoral abstencionista de nuestro partido el Partido Comunista (ML), dada la escasez de sus recursos propagandísticos,
ausencia de medios técnicos y poca inserción en el seno de las masas, un polo
alternativo democrático popular antisistema oligárquico de poder,
antiinstitucional y contrario a la continuidad del orden constitucional que
legitimiza esta particular forma de dictadura del capital monopolista
burocrático-comprador y latifundiario.
El
fenómeno político del abstencionismo no es algo nuevo en Panamá, ni ha surgido
porque sí. Todo lo contrario, ha surgido, aunque aun desorganizadamente y con
gran dosis de falta de conciencia política de clase, de los hondo y profundo de
nuestro pueblo trabajador. Las masas trabajadoras y masas populares están
profundamente descontentas y rechazan airadamente todo el orden de cosas
políticas que les aplasta, conculca sus derechos políticos y les cierra toda
oportunidad de incidir directa y decisoriamente en los grandes asuntos de la
República. Si sienten impotente ante el desgobierno, el reinado de los
corruptores y el imperio de los compromisos mafiosos con los monopolios
imperialistas y Estados de las grandes potencias que dominan el mundo y nuestro
país. La rabia ante la impotencia y el descontento sin salida que se acumula ha
abierto paso a la rebelión política, precisamente, el abstencionismo electoral
es una de las formas de la rebelión que se generaliza en la conciencia de las
masas.
El
abstencionismo, lejos de ser manifestación desapego político o irresponsabilidad
lumpénesca, es una muy seria manifestación política rebeldía que pugna por
estallar. Eso lo saben las clases dominantes, lo tratan de ocultar y desviar de
hecho inventando fórmulas “de reforma institucional”, promesas de “cambios
democratizadores”, promocionando un “cambio de la Constitución Política” sólo
que por la vía de una... constituyente paralela. Prometen que cambiarán al
país, a la sociedad y las relaciones políticas entre los gobernantes y
gobernados, ofreciendo bienestar material y espiritual como siempre han hecho y
que, finalmente, nunca cumplirán. Pues, o realmente no quieren o ya no pueden.
¿Es que piensan que el pueblo trabajador panameño no los conoce? Todo lo
contrario, la clase obrera y el pueblo ya no les creen más. Si la rebelión no ha
estallado aún, es porque el pueblo no está preparado para ello.
El
abstencionismo es un arma de lucha política, revolucionaria en su esencia,
contra todo este sistema económico -capitalista burocrático, plutocrático y
parasitario-, contra el podrido sistema oligárquico de poder, antidemocrático y
fascista. Eso lo sabes las clases dominantes y las clases gobernantes, las
llamadas eufemísticamente “clases políticas”, y actúan en consecuencia.
Haciendo recurso al engaño y al fraude electoral, como el ocurrido en las
recién pasadas elecciones, a la difamación e ilegalización de la abstención
electoral, a la utilización de los mecanismo de control político-sindical de
las masas trabajadoras. Al recurso, in extremis, de la izquierda burguesa para
entorpecer la toma de conciencia
revolucionaria de clase de las clases trabajadoras y populares, paralizar el
menor intento de acción política independiente de las masas y el que ella la
reconduzca a reconciliarse con el Estado en crisis, para que no lo rompan.
Tal es
la carga revolucionaria del abstencionismo electoral y, de ahí el creciente
temor en las clases dominantes explotadoras y opresoras ante este nuevo ascenso
cuantitativo del mismo, a niveles tales que le han convertido en un real y
auténtico partido político de las clases populares independientes.
¿Y AL DIA SIGUIENTE DE LAS ELECCIONES QUÉ?
Desde
ahora en adelante nos toca nosotros comunistas (marxistas-leninistas), a los
revolucionarios proletarios y a la intelectualidad democrática popular, el
recoger los pedazos rotos de la unidad popular a causa del oportunismo de la
izquierda burguesa. El reafirmar una línea política general auténticamente
revolucionaria, antioligárquica, antifascista, anticapitalista burocrática y
antiimperialista.
En ese
camino ponernos como tarea política inmediata el darle Organización y Dirección
clasista al abstencionismo. Hacerle devenir un movimiento de masas real,
permanente e independiente revolucionariamente. Con consistencia interna,
estructuración organizativa, metas y tareas política que vayan mucho más allá
de los procesos eleccionarios oligárquico burgueses.
En
ello, hacerle confluir en un poderoso movimiento unitario popular contestario,
rupturista, al sistema de poder oligárquico-fascista y capaz de impedir
plasmación final de los reaccionarios designios políticos de los dominantes. La
culminación de la II Gran Reforma del Estado y de la República oligárquica, en
un sentido presidencialista, corporatista y neofascista, ahora en manos del
ultraderechista y opusdeísta Juan Carlos Varela, debe ser parada en seco y con
acciones de masas directas.
Para
cumplir eso, se hace necesario convertir al abstencionismo en un movimiento de
masas organizado políticamente y dotado de una conciencia política
revolucionaria de cambios revolucionarios en la estructura económica y política
de la sociedad.
Para
ello, es menester ligarse y unirse al Partido Comunista (Marxista-Leninista) de
Panamá, el único partido que en este país quiere y lucha por una consecuente
República de Nueva Democracia Popular y encaminada al Socialismo. Darle fuerza
a este, nuestro partido el comunista (marxista-leninista) de Panamá para que
pueda cumplir con su tarea particular e inmediata de darle al movimiento abstencionista de las masas trabajadoras y masas populares una
conciencia revolucionaria de poder y entregarles una estrategia de poder
revolucionario.
Es
urgente, para estos momentos políticos, en que las clases gobernantes se
encuentran en víspera de una mayor y nueva profundización de sus pugnas
interburguesas, amenazando provocar una grave crisis política en las “alturas”,
aprovechemos la ocasión para, como primer paso, convocar, organizar y
consolidar a la unidad a todas las fuerzas del abstencionismo de izquierda.
Sobre todo, ligar al abstencionismo de izquierda lo más fuertemente posible a
las vicisitudes de la construcción y reforzamiento de nuestro partido, el
PC(ML) de Panamá. El único partido de la clase obrera, basado en el
Marxismo-Leninismo- Maoísmo, capaz de conducir el abstencionismo electoral
popular hacia la senda victoriosa de la revolución popular de Nueva Democracia
a la revolución y construcción del socialismo en Panamá.
Trabajadores
y clases populares, antiimperialistas y antidictadura oligárquica, une a
nosotros y acompáñanos en nuestra marcha por el camino de la independencia
nacional y la democracia popular hacia el socialismo.
Por el Comité
Central del Partido Comunista (Marxista-Leninista) de Panamá,
Amilkar Villarreal P.
Secretario General
Quibian Gaytan
Vocero
Dado en la ciudad
de Panamá, 5 de mayo de 2014
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