En uno de sus últimos comunicados, traducido por la
Red de Blogs Comunistas en su esfuerzo por convertirse en la voz de la
Revolución naxalita y dar a conocer su lucha en castellano, el PCI(M) de la
India hace un llamamiento para que continúe fortaleciéndose la unidad frente a
la guerra genocida contra el pueblo llevada a cabo por el gobierno fascista de
Modi y Raman Singh, después de que la Corte Suprema misma haya denunciado
a los miembros de las fuerzas policiales y paramilitares y los mandos de la
policía que las comandan como directos responsables de brutales agresiones
contra el pueblo.
"En los dos años que llevamos del gobierno
de la Alianza Nacional Democrática [NDA, en sus siglas en inglés] que encabeza
Modi, no ha dejado de agravarse, día tras día, la agresión conjunta del
terrorismo de Estado y el fascismo nacional-hinduista. El movimiento maoísta y
los diferentes movimientos democráticos, los musulmanes y los cristianos, los
dalits y los adivasis, las minorías nacionales, las mujeres, las personas
oprimidas por su orientación sexual, los obreros, los campesinos, los
intelectuales, los académicos, los estudiantes, los artistas y otros sectores
de las amplias masas populares, se cuentan entre los damnificados de esta
brutal agresión"
PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ CENTRAL-COMITÉ ESPECIAL DE ZONA DE
DANDAKARANYA
24 de
octubre de 2016
¡BOICOTEEMOS LAS CELEBRACIONES DEL 17º ANIVERSARIO
DE LA CREACIÓN DEL ESTADO DE CHHATTISGARH EN PROTESTA POR LAS POLÍTICAS
ANTIPOPULARES DEL GOBIERNO NACIONAL-HINDUISTA Y FASCISTA DE RAMAN SINGH!
¡EXIGIMOS QUE SE CASTIGUE CON TODO RIGOR A RAMAN
SINGH, KALLURI Y OTROS CULPABLES DE COMETER CRÍMENES ATROCES CONTRA EL PUEBLO
DE BASTAR!
¡EL GOBIERNO NACIONAL-HINDUISTA Y FASCISTA QUE DIRIGE MODI DEBE RENDIR CUENTAS POR
LA CAMPAÑA GENOCIDA CONTRA LAS MASAS ADIVASIS!
El 25 de marzo de 2011, una
fuerza conjunta de la policía de Chhattisgarh, de las
fuerzas paramilitares del Estado y del Cuerpo Especial de Policía [OPS, en
sus siglas en inglés] se entregó al incendio, el pillaje y el asesinato en el
distrito de Dantewada, en Chhattisgarh. Asesinaron brutalmente al menos a tres
aldeanos adivasis, apalearon sin piedad a otros muchos, violaron a varias
mujeres e incendiaron 252 casas en las aldeas de Tadimetla, Morpalli y Timmapur
en el curso de una correría genocida. Los partidos, organizaciones y distintas
personalidades revolucionarios y democráticos de Chhattisgarh y de todo
país condenaron rotundamente en aquel momento tanta barbarie. Exigieron una
investigación imparcial y el castigo de los policías, paramilitares y soldados
culpables. Sin embargo, en lugar de atender a las justas reivindicaciones
populares, el gobierno de Raman Singh trató de proteger sin el menor rebozo a
las bandas armadas mercenarias de terroristas del Estado, rechazando por
completo su culpabilidad. El gobierno y la Policía de Chhattisgarh pretendieron
en vano eludir su responsabilidad en los mencionados hechos, acusando a los
maoístas de los ataques, imputación que nadie excepto los más fervientes
lacayos de los imperialistas y las clases dominantes jamás creyó. Todo esto se
produjo mientras los damnificados proclamaban alto y claro que las fuerzas
armadas del gobierno habían cometido tales atrocidades en sus aldeas.
Como viene siendo práctica
habitual en las zonas donde hay un activo movimiento popular, en este caso
también el gobierno y sus fuerzas intentaron por todos los medios echar tierra
sobre la verdad de sus crímenes atroces contra el pueblo. Al igual que ahora
hacen en el marco de la tercera fase de la Operación Green Hunt, en
aquel momento el gobierno de Raman Singh y la policía trataron de impedir que
los activistas sociales y por las libertades civiles, los periodistas, los
intelectuales, las personas solidarias con los adivasis, los abogados, las
fuerzas democráticas e incluso el Partido del Congreso y el Partido Comunista
de la India [revisionista] alzaran su voz en solidaridad con las masas ante el
terror de Estado. Un grupo de activistas sociales, encabezado por Swami
Agnivesh, que se encontraba realizando tareas de investigación de los hechos en
las aldeas afectadas, sufrió el ataque de los matones del Salwa Judum,
dirigidos por el conocido criminal Inspector General de la Policía Kalluri, que
por entonces ejercía de Superintendente Mayor en Dantewada, y sus jefes políticos,
en especial el capitoste neonazi, fascista y nacionalista hindú Raman Singh.
Swami Agnivesh y el catedrático de la Universidad de Delhi Nandini Sundar
presentaron una demanda ante la Corte Suprema, rebatiendo las mentiras de la
policía y responsabilizando de los ataques a ésta y al Salwa Judum. La Corte
ordenó a la Oficina Central de Investigación [CBI, en sus siglas en inglés] la
averiguación de los hechos.
Tras varios años, la CBI ha
presentado por fin sus conclusiones, que hizo llegar a la Corte Suprema en un
informe fechado el 21 de octubre. En él se ponen de manifiesto las mentiras
flagrantes del gobierno de Raman Singh y de Kalluri, y concluye que los maoístas
no tuvieron nada que ver en absoluto con los hechos acaecidos en las tres
aldeas, así como con el ataque contra los activistas sociales. El informe acusa
al OPS, a los miembros de las fuerzas policiales y paramilitares y a los mandos
de la policía que los comandaban de ser los directos responsables de estos
hechos. A raíz de estas conclusiones, toda una serie de activistas sociales,
organizaciones y personalidades democráticas y del ámbito de los derechos
civiles, partidos de la oposición parlamentaria, como el Partido del Congreso,
el Partido Aam Aadmi [AAP, “Partido del Hombre Común”, en hindi], el Partido
del Congreso de Chhattisgarh, etc., han exigido la inmediata destitución de
Kalluri de su cargo, una vez que el propio CBI ha confirmado su participación
en los hechos. Todos esos actores han denunciado que la policía haya estado
negando su intervención en los crímenes durante los últimos cinco años a pesar
de las pruebas abrumadoras que demuestran la participación de las fuerzas
armadas gubernamentales, incluido el OPS. Pero ahora al gobierno ya no le queda
margen para esconderse detrás de la mentira, toda vez que un órgano del propio
Estado fascista indio se ha visto obligado a admitir la verdad que el pueblo de
Bastar y de fuera de Bastar venía defendiendo desde hace mucho tiempo.
Se ha sabido que más de 20
partidos políticos y organizaciones sociales de Chhattisgarh se han unido en
una iniciativa conjunta que, sobre la base del informe del CBI, pretende exigir
al gobierno que se castigue a Kalluri y al resto de oficiales y soldados
culpables de la policía, los paramilitares y el OPS. Todas las fuerzas
revolucionarias y democráticas del país deben dar la bienvenida a esta
iniciativa y apoyarla. Ni que decir tiene que los funcionarios policiales neonazis
como Kalluri merecen el más severo de los castigos por sus innumerables
crímenes de todo tipo, en el pasado y el presente, contra los adivasis. Los
asesinos y gánsteres de uniforme han gozado siempre de la protección de las
clases dominantes y reaccionarias para actuar como sus fieles perros
guardianes. La Justicia casi nunca les alcanza. No es sorprendente que, a pesar
de las numerosas acusaciones en el pasado de crímenes atroces, a saber,
matanzas, falsos enfrentamientos, violaciones en grupo, incendios premeditados,
pillaje, etc., Kalluri haya sido ascendido a Inspector General de la Policía de
Bastar en “recompensa” por sus servicios a las clases dominantes indias, a los
terroristas nacionalistas del Bharatiya Janata Party [BJP, “Partido Popular Indio”,
en hindi] y a los imperialistas. Como muestra de su servilismo, Kalluri dirige
actualmente en Bastar la tercera fase, la más represiva, de la Operación Green
Hunt –que no es otra cosa que la guerra del Estado contra el pueblo–,
bajo el nombre de “Misión-2016”. Ésta se ha cobrado ya la vida de más de cien
adivasis, cuya inmensa mayoría eran aldeanos desarmados, entre ellos un gran
número de mujeres, calificados de “maoístas” y asesinados en falsos
enfrentamientos. Por lo tanto, sólo un movimiento fuerte y unido puede obligar
a los gobiernos, central y estatales, a tomar medidas más severas contra los
culpables.
No obstante, no se debe
olvidar nunca que Kalluri y los de su calaña se limitan a cumplir las políticas
de los gobiernos central y estatales, al servicio de los intereses de los
imperialistas y su clase dirigente compradora de la India. Es decir, que la
simple remoción del cargo de un individuo o el castigo de unos cuantos soldados
rasos no es suficiente. Hay que emprender la lucha para que se castigue a Raman
Singh, comandante en jefe de la guerra contra el pueblo en Bastar y Presidente
del Comando Unificado de las fuerzas armadas gubernamentales de Chhattisgarh.
Él es el responsable de la matanza de miles de adivasis de Bastar y del
desplazamiento de cientos de miles en los últimos doce años de su mandato.
Además, la camarilla brahmánico-hinduista y fascista de los Narendra Modi,
Rajnath Singh, Amit Shah y Mohan Bhagwat, promotora del genocidio de adivasis y
moolvasis en todo país para permitir así el saqueo a punta de pistola de
los recursos naturales con la excusa del “desarrollo”, debe responder de sus
crímenes. Por lo tanto, es necesario que el movimiento en demanda de la
dimisión y juicio contra Kalluri y otros oficiales y miembros de la policía, de
los paramilitares y del OPS implicados en los ataques de marzo de 2011, forme
parte de un movimiento más amplio de resistencia contra la guerra fascista
impuesta al pueblo por la camarilla de los Modi, Raman Singh y los matones
nacionalistas en todo el país, guerra que se desarrolla en estrecha
colaboración con varios gobiernos estatales, con independencia del partido en
el poder. Si este movimiento no se consolida, amplía e intensifica, no será
posible detener la masacre cotidiana de adivasis que, día a día, se agudiza por
toda la India.
El Comité Central de PCI
(Maoísta) da la bienvenida y se solidariza con la lucha para que los culpables
de las atrocidades cometidas en Tadimetla, Morpalli y Timmapur y los ataques
contra activistas sociales sean llevados ante la justicia. Asimismo, hace un
llamamiento a los trabajadores, campesinos, demócratas, patriotas, minorías
religiosas y nacionales, dalits, adivasis y moolvasis, mujeres, estudiantes,
jóvenes, empleados, desempleados, a todos los sectores de la población y sus
organizaciones y a los partidos de la oposición parlamentaria, como el Partido
del Congreso, el PCI, el AAP y el Partido del Congreso de Chhattisgarh,
para que consoliden este movimiento con su activa participación. Nuestro
partido está totalmente seguro de que el pueblo de la India dará una respuesta
adecuada a los elementos de la clase dirigente que han cometido crímenes y
barbaridades indecibles contra la humanidad y las masas de este país.
En los dos años que llevamos
del gobierno de la Alianza Nacional Democrática [NDA, en sus siglas en inglés]
que encabeza Modi, no ha dejado de agravarse, día tras día, la agresión
conjunta del terrorismo de Estado y el fascismo nacional-hinduista. El
movimiento maoísta y los diferentes movimientos democráticos, los musulmanes y
los cristianos, los dalits y los adivasis, las minorías nacionales, las
mujeres, las personas oprimidas por su orientación sexual, los obreros, los
campesinos, los intelectuales, los académicos, los estudiantes, los artistas y
otros sectores de las amplias masas populares, se cuentan entre los
damnificados de esta brutal agresión. Raman Singh, por ejemplo, prometió a los
campesinos un aumento de 300 rupias del precio mínimo garantizado del arroz. En
lugar de ello, el precio mínimo se ha reducido en un 40 por ciento. Por otro
lado, está dilapidando miles de millones de rupias en la policía y las fuerzas
paramilitares con la excusa de la lucha contra los maoístas. De igual modo,
ayer mismo el gobierno del BJP de Jharkhand ordenó a la policía disparar contra
el pueblo, que se manifestaba en contra de la adquisición forzosa de tierras:
mataron a un manifestante. Siendo éstas las condiciones imperantes en todo el
país, el movimiento democrático debe crecer y fortalecerse para hacer frente a
la agresión fascista. Para ello deben unirse todas las fuerzas contrarias al
fascismo comprador-feudal y nacional-hinduista del BJP y el Sangh Parivar. La
oposición a la tercera fase de la Operación Green Hunt constituye
un elemento importante de esta resistencia.
Los revolucionarios maoístas
han tomado las armas para defender la causa justa del pueblo y el país una vez
que los gobernantes reaccionarios indios clausuraran todas las vías pacíficas
para que el pueblo pudiera establecer una auténtica democracia, libertad,
soberanía, independencia, progreso, prosperidad y poder político popular. La
historia de nuestro país y de otros países del mundo semicoloniales y
semifeudales demuestra de manera concluyente que sólo a través de una guerra
popular prolongada se pueden conseguir estos objetivos. Con todo y
con ello, el Comité Central del PCI (Maoísta) está abierto a mantener
conversaciones con el gobierno en aras del país y del pueblo. No obstante, los
gobernantes indios jamás han mostrado ninguna seriedad en relación con la
posibilidad de mantener conversaciones, la paz o el bienestar de las masas.
Altos funcionarios gubernamentales como Rajnath Singh califican al movimiento
revolucionario, que lucha por la causa sagrada del pueblo y el país, como un
movimiento terrorista y criminal, y no dejan de difundir llamamientos para que
se rinda. Al mismo tiempo, despliegan cada vez más soldados y emplean armas
cada vez más mortíferas, incluidos helicópteros de combate, reclutan nuevas
fuerzas, organizan bandas de paramilitares y adoptan todo tipo de medidas para
reprimir al pueblo.
Ni que decir tiene que en esas
condiciones la sugerencia de la Corte Suprema de que se celebren conversaciones
de paz entre el gobierno y nuestro Partido seguirá siendo letra muerta.
Subvirtiendo el espíritu de la propuesta de la Corte Suprema, el ministro del
Interior de Chhattisgarh, Ramsewak Paikra, ha insistido en que las
conversaciones de paz se celebren sólo después de que los maoístas renuncien a
la “violencia” y se integren en la “vida política institucional”. Esto no es
más que un llamamiento apenas velado a que los maoístas se rindan. Demuestra la
falta de voluntad y la falta de sinceridad del gobierno en relación con las
conversaciones de paz. Kalluri ha señalado que la moral de las fuerzas gubernamentales
se resentirá si se materializa la exigencia popular de castigo para los
responsables de las atrocidades de Tadimetla, Morpalli y Timmapur. Con estas declaraciones lo único que se pretende es silenciar
todas las voces de la oposición para seguir cometiendo barbaridades y
reprimiendo al pueblo. El Comité Central del PCI (Maoísta) espera que las
fuerzas auténticamente democráticas y amantes de la paz de la India continúen
sus esfuerzos para obligar a los gobiernos de Modi y Raman Singh a detener su
guerra genocida contra el pueblo, única vía que facilitará las posibilidades de
paz y de creación de un ambiente propicio para eventuales conversaciones.
· ¡Boicoteemos el 17º
aniversario de la creación del Estado de Chhattisgarh del 1 al 5 de noviembre
de 2016!
· ¡Exijamos la dimisión de Raman Singh y Kalluri!
· ¡Solidaridad con los campesinos de Chhattisgarh en lucha que piden 2.500
rupias por cada quintal de arroz, como precio mínimo garantizado!
· ¡Exijamos la denuncia de todos los Memorandos de Entendimiento firmados con
empresas multinacionales y grandes empresas nacionales!
· ¡Luchemos por hacer valer los derechos del pueblo sobre el Agua, el
Bosque y la Tierra [Jal-Jungle-Zameen, en
hindi]!
· ¡Organicemos
manifestaciones de protesta y mítines públicos en las aldeas, pueblos y
ciudades del 1 al 5 de noviembre de 2016!
Publicado
por la RBC
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