(Nota de presentación: Desde hace algunos
meses, por desgracia un poco
intermitentemente, hemos propiciado en este blog, Forumarxista, un debate
alrededor de la importante categoría económica del Capitalismo Monopolista de
Estado. Hasta ahora han ido participando diferentes expositores, economistas
políticos representativos de las diversas escuelas de interpretación y
aplicación del marxismo: marxistas, marxistas-leninistas y
marxistas-leninistas-maoístas. Hoy ponemos a su criterio crítico dos apartados
de la importantísima obra intitulada El
Crepúsculo de los Dioses escrita por el publicista Stefan Engel, Presidente
que es del Partido Marxista Leninista de Alemania. Obra que por su rigurosidad
científica, el manejo creador en la investigación económica y lo ameno del tema
y su tratamiento cónsono con las exigencias que reclama el compromiso del
marxismo-leninismo, para nosotros puede ser equiparable con el grandioso y de
plenamente actual El imperialismo, etapa
superior del capitalismo, escrito por el Maestro Vladimir Ilich Lenin en
1916. Engel nos ofrece una disección puntual, en estos dos apartados del II
Capítulo de su libro, de los componentes identificatorios del Imperialismo en
su estadio final, como Capitalismo Monopolista de Estado; a la vez, sus leyes
económicas específicas y logra fundamentar perfectamente su destino final
sujeto a sus contradicciones económicas y a la lucha revolucionaria de clase
del proletariado internacional. Deseamos que el mismo no sea cierre del debate,
todo lo contrario reiteramos invitación a participar en el mismo a todo
representante -ideólogo, teórico y economistas políticos- de esas escuelas
derivadas del desarrollo del Pensamiento Marxista. Queremos además señalar que,
excusándonos con el autor y nuestros lectores, el título de este artículo es
nuestro).
Del libro
El Crepúsculo de los Dioses de Stefan Engels
4. La nueva
organización de la producción internacional
Los Estados
nacionales organizan las relaciones de producción de su país en un mercado
unitario, con una moneda única y una estructura de precios homogénea, con
normas de producción unificadas y bajo leyes laborales y de negociación colectiva
así como con una jurisdicción homogéneas. El capitalismo monopolista
de Estado es la forma más alta de la organización estatal-nacional del
capitalismo. En el transcurso de varias décadas se han desarrollado
características esenciales, las que fueron examinadas y generalizadas en diversos
números de la serie REVOLUTIONÄRER WEG:
1. La fuerza
motriz decisiva del desarrollo social del capitalismo monopolista de Estado
es el apremio de obtener ganancias máximas.
2. El Estado,
tanto en la política interior como en la exterior, impone los intereses de
los monopolios y representa los intereses de toda la clase capitalista sólo
en la lucha de clases contra la clase obrera.
3. El gobierno respectivo
es el comité gestor de los monopolios y asegura su poder único sobre la
sociedad entera.
Los órganos del
gobierno se han fundido con los órganos de las asociaciones empresariales
dirigidas por los monopolios.
4. El Estado, por encargo
de los monopolios, ejerce la decisiva función de la regulación económica,
la que desde mediados de los años 1970 ha adquirido cada vez más el carácter
de una gestión general de crisis.
5. El ciclo de la
crisis en el capitalismo monopolista de Estado se ha modificado. Como las
contradicciones en el proceso de reproducción son mantenidas artificialmente
bajo tensión mediante la regulación estatal, una fase de están estancamiento
fluctuante precede a las crisis de superproducción, ocupando el
lugar del auge económico.
6. La fusión del
gobierno con el complejo militar-industrial les regala a los monopolios
ganancias máximas garantizadas por el Estado y asegura sus intereses
políticos de poder hacia el interior y el exterior. El resultado es una militarización
de la sociedad entera.
264 Capítulo II/4
7. La redistribución
estatal de la nueva riqueza social en beneficio de los monopolios y a costa
de los obreros y las amplias masas se ha fundido con el proceso de
reproducción del capital fijo. La acumulación del capital ha adquirido
un carácter social.
8. El Estado opera industrias
claves y monopolios de servicios para controlar fundamentos productivos de
importancia estratégica (VW, VEBA, VIAG, Salzgitter AG, RAG
etc.) y para
garantizar las tareas públicas (correos, ferrocarriles inclusive red vial y
estaciones, línea aérea y aeropuertos, instituciones de salud y educación,
suministro de electricidad, gas y agua, servicio de transporte urbano, recojo de
basura, etc.)
9. El monopolio
estatal de la intermediación laboral garantiza el control del mercado
laboral por los monopolios.
10. En las industrias
básicas (acero y minería) o en la agricultura, el Estado se hace cargo de la
regulación de la producción y distribución en interés de los
monopolios.
11. La exorbitante
hinchazón del aparato burocrático y militar lleva a un fortalecimiento
extraordinario de la maquinaria estatal. Se desmontan los derechos y las
libertades democrático-burgueses. Eso está relacionado con una progresiva
fascistización del aparato de Estado.
12. El control
estatal sobre los modernos medios de comunicación de masas (radio y televisión)
y la monopolización (prensa, emisoras de televisión privada) organizan
la manipulación de la
opinión pública en interés de los monopolios.
13. Los partidos
monopolistas burgueses CDU, CSU, FDP, SPD, Alianza 90/Los Verdes y PDS
organizan la base social de la política monopolista.
14. El dominio único
de los monopolios está apoyado por un sistema del modo de pensar
pequeñoburgués, el cual refina la maquinaria de engaño y obstaculiza
el desarrollo de la conciencia de clase proletaria.
15. Tampoco la realización
de la formal igualdad legal de derechos ha puesto fin a la desigualdad
social entre el hombre y la mujer. La responsabilidad por el núcleo
familiar, mantenida a pesar de la inclusión masiva de las mujeres en
la producción pública, así como el desempleo masivo permanente originan
una crisis crónica del orden estatal y familiar burgués.
16. El neocolonialismo
ha reemplazado al antiguo colonialismo.
17. Un crecimiento continúo
de la exportación de capitales es la característica principal de la
expansión imperialista y el método principal de la mutua compenetración económica
de los Estados nacionales.
18. Los consorcios
multinacionales llegan a ser la característica distintiva del desarrollo social.
La internacionalización de la producción capitalista después de la Segunda
Guerra Mundial
introduce una nueva fase del capitalismo monopolista de Estado.
19. La guerra y el
peligro general de guerra siguen siendo una ley inherente al
imperialismo. Su base es el desarrollo desigual de los diferentes países imperialistas
y de los consorcios multinacionales competidores.
20. El capitalismo
monopolista de Estado ha desarrollado a un nivel superior la socialización de
la producción y reproducción y, de esa manera, ha completado la preparación
material del socialismo. Constituye el escalón preliminar directo
de una sociedad socialista.
Es cierto que la
organización de la producción monopolista de Estado es la fase superior en el
desarrollo de la sociedad capitalista, lo cual no significa, naturalmente, el
fin del desarrollo de las fuerzas productivas. Sobre la base de la formación completa
del capitalismo monopolista de Estado en todos los países imperialistas, la
tendencia a la internacionalización de la producción se acelera
extraordinariamente. Las fuerzas productivas modernas adquieren cada vez más un
carácter internacional posibilitando, a partir de cierto punto de su
desarrollo, una división del trabajo a escala internacional. Con la nueva organización
de la producción internacional, esta división del trabajo internacional se
convierte en la base del modo de producción de los monopolios internacionales.
El proceso de la producción y reproducción del capital adopta un
carácter internacional.
Cambios en
la actividad inversora de los monopolios internacionales
La nueva organización
de la producción internacional cambió la actividad inversora de los
monopolios internacionales, lo cual llevó a profundos cambios sociales. Se
transformaron las condiciones de inversión en los diferentes países y la
estrategia inversora de las empresas.
La creación
de nuevas formas internacionales de organizar la producción utilizando la telecomunicación
moderna
El desarrollo
revolucionario de las fuerzas productivas posibilitó que los monopolios
internacionales se integraran en red sin problemas. Rápida y
económicamente pueden intercambiarse informaciones a nivel mundial, realizar
transferencias financieras transfronterizas y dirigir procesos de planificación,
desarrollo, producción y distribución. La revolucionarización de la comunicación
permite el acortamiento tanto del tiempo de producción como
también del tiempo de circulación del capital. Marx lo indicó en el
tercer tomo de El Capital:
“Los medios
principales para reducir el tiempo de circulación son las mejores
comunicaciones.” (Carlos
Marx, El Capital, Siglo XXI Editores, tomo III, pág. 84).
En el puerto de
Hamburgo se construyó el terminal de contenedores más moderno del mundo. A
finales del 2002 se puso en operación la primera etapa de la construcción. Allí
cualquier barco puede ser despachado dentro de 24 horas. Eso significa que
cerca de 6.600 contenedores de un gran buque de carga son descargados en una
sola operación y, después de un corto intermedio en el almacén, cargados
inmediatamente en camiones que llevan las mercancías a los destinos previstos.
Esta logística es automatizada y controlada por ordenador de principio a fin.
La revista Der Spiegel escribió al respecto:
“La nueva plaza de
transbordos es un prodigio de eficiencia. Antes, miles de estibadores bregaban
en los muelles del puerto hamburgués. Uno por uno, tenían que arrastrar los
sacos de yute de la cubierta. Los hombres tardaban días, a veces semanas en
descargar y recargar un barco. Ahora es una cuestión de horas.” (No 27 del 2002).
También en el tráfico
aéreo se ha logrado acortar extremadamente los plazos de entrega. En el
marco de su oferta más rápida Lufthansa Cargo garantiza, por ejemplo,
transportar cualquier pieza que no pese más de 100 kilos, dentro de uno o dos
días, a 300 lugares en aproximadamente 90 países.
La Internet no
sólo es un medio de comunicación, sino también de producción. Se le emplea a
escala mundial, por ejemplo en la industria automotriz para coordinar
simultáneamente el desarrollo de productos en diferentes lugares de producción,
para organizar el abastecimiento “justo a tiempo”, para dirigir procesos
de producción y planificar la venta. En el informe
comercial del 2000 de DaimlerChrysler fue
descrita la importancia de estas innovaciones de la siguiente manera:
“La Internet repercute
en todos los procesos de la industria automotriz –empezando con las empresas
proveedoras, pasando por el desarrollo de productos, la compra, la logística y
la producción hasta la venta y con ello a nuestros clientes… Solamente empresas
que aprovechan plena y profesionalmente todos los potenciales del e-business
(negocio electrónico) podrán ocupar una posición líder en la economía
interconectada mundialmente.”
(pág. 46; traducción
de la edición en alemán).
La perfeccionada
comunicación acelera considerablemente el proceso de la producción y
reproducción del capital y es una condición esencial para su carácter
internacional.
Centros
integrados a escala mundial para planificación, producción y venta
La producción
internacionalizada elige los emplazamientos de los centros integrados de
acuerdo a mercados, proximidad al cliente y otras ventajas competitivas. En lo
organizativo la tendencia es hacia unidades de producción más pequeñas con
jerarquías más planas en la dirección de la empresa, a la descentralización y
hacia una mayor autonomía organizativa de las empresas filiales. El autor
Martin Baethge escribió alrespecto:
“Descentralización de
la responsabilidad, autonomización organizativa o tercerización de servicios,
el camino hacia unidades más pequeñas son las respuestas de las empresas a esta
situación, promovidas también, y no en último lugar, por las nuevas técnicas de
información y comunicación. Las «empresas abiertas» … del futuro ya no son
grandes buques cisternas, sino redes de unidades pequeñas operando independientemente.”
(Martin Baethge/Ingrid Wilkens [ed.], Die große Hoffnung für das 21.
Jahrhundert? Perspektiven
und Strategien für die Entwicklung der Dienstleistungsbeschäftigung [¿La gran esperanza
para el siglo XXI? Perspectivas y estrategias para la evolución del
empleo en los servicios], pág. 33).
Reorganización
de la concentración “vertical” a la concentración “horizontal”
En los años 1980
predominaba en muchos consorcios la estructura “vertical”, de modo que
consorcios como IBM realizaban ellos mismos toda la fabricación, desde la
producción de chips hasta computadoras, sistemas operativos y programas de
aplicación, y también organizaban la venta. En los años 1990 surgió una nueva,
“horizontal”, forma de organización: consorcios como Intel o Microsoft se
concentraron en un eslabón de la cadena de producción –procesadores o
software–, porque allí resultó más fácil conquistar un control estratégico del
mercado mundial. Consorcios como Cisco, Sun Microsystems o Silicon Graphics en
esencia ya sólo llevan las riendas de las redes internacionales de producción y
realizan poca o ninguna fabricación propia. El investigador social Boy Lüthje
hizo un estudio
sobre la forma
productiva de la producción bajo contrato (Contract Manufacturing/CM) en los
centros de producción interconectados mundialmente:
“Solectron y
Flextronics, las empresas CM más grandes de entonces, tenían a principios del
año 2001, a tenor de sus propias indicaciones, respectivamente 82.000 y 70.000
trabajadores en todo el mundo.” (Contract Manufacturing, pag. 53).
Tales empresas se
presentan como “ofertantes de cadenas mundiales de abastecimiento” (Global
Supply Chain Facilitator) para los monopolios internacionales líderes, los
cuales luego sólo ponen a disposición el diseño y su marca. De esta forma, Ericsson
vendió toda su producción de teléfonos celulares, con
7.200 trabajadores, a
Flextronics, la que al mismo tiempo también construye celulares para Siemens,
Nokia, Motorola y Alcatel. De esa manera, los monopolios internacionales
líderes descargan el riesgo de las fluctuaciones en los pedidos y liberan capital
para la lucha por el mercado mundial.
Concentración
de la producción monopolista en pocas cadenas creadoras de valor dominantes del
mercado
Jean-Marie Messier,
antiguo jefe del supermonopolio francés Vivendi, el segundo más grande
consorcio de medios de comunicación y el mayor suministrador de agua en el
mundo, describió la necesidad de la concentración en la lucha competitiva internacional
en un tono realmente suplicante:
“… en tres años
Vivendi vendió negocios secundarios y propiedad en acciones por un valor de más
de 15 mil millones de euros. A lo cual se debe añadir que en los años 1970 y
1980 la
diversificación1 se desenvolvió de
forma desordenada. Ahora el lema actual tiene que ser: «¡focalización,
focalización, focalización! »” (en: Klaus Mangold [ed.], Dienstleistungen
im Zeitalter globaler Märkte [Servicios en la época de mercados globales],
pág. 110).
Por focalización,
Messier entiende la concentración del capital en los sectores en los cuales un
monopolio internacional puede tomar una posición dominante en el mercado
mundial, y el deshacerse de todos los demás sectores.
En su estudio
titulado “Estrategia, estructura, gestión para los negocios del mañana” August
Joas subrayó que la concentración en los “negocios esenciales” es una cuestión
de vida o muerte de los monopolios internacionales:
“Las exigencias a la
capacidad de rendimiento de las empresas en la competencia internacional, en
cuanto a calidad, tiemy costos crecen permanentemente… Esto sólo es posible
mediante la especialización y concentración en pocas actividades esenciales
superiores…
El arte consiste en
capitalizar productos superiores y competencias esenciales en la mayor cantidad
posible de negocios atractivos. Las competencias de Canon en la óptica y
mecánica de precisión y en la microelectrónica posibilitan éxitos en el mercado
de copiadoras, impresoras laser, cámaras fotográficas y scánners. Una
sobresaliente tecnología de semiconductores es la ligazón de las unidades
comerciales de la NEC, y los conocimientos de Honda en la construcción de
motores hacen impacto en los mercados de autos, motocicletas, cortacéspedes y generadores.
Casi cada empresa tiene en todos los tres niveles actividades esenciales por un
lado, y por el otro, actividades menos elementales para el éxito de la empresa…
Actividades fuera de las competencias esenciales representan en este conjunto más
bien una fuente potencial de peligro, en la cual la capacidad de gestión y los
recursos no son invertidos de manera óptima.
Mediante la
diferenciación en negocios esenciales, productos esenciales y competencias
esenciales surgen opciones estratégicas y posibilidades de configuración a tres
diferentes niveles.
Por consiguiente, es
absolutamente realista una constelación en la cual dos empresas sean al mismo
tiempo competidores y socios cooperadores y, además, trabajen conjuntamente en
relación a los suministros.” (en: Ralf G. Kalmbach [ed.], Management im
Umbruch, Wege aus der Krise, [La gerencia en transformación radical.
Salidas de la crisis.], págs. 262-263; el resaltado es de la Redacción
RW).
Joas da una
descripción acertada de cómo dos monopolios internacionales en un sector se
convierten en socios cooperantes, aquí gestionan incluso joint ventures comunes,
y en otra área siguen en competencia implacable.
La focalización en
actividades esenciales en los diferentes sectores empresariales se ha
vuelto un método principal de la lucha competitiva internacional de los monopolios
internacionales. Es típico del proceso de la nueva organización de
la producción internacional que cada vez de nuevo sean modificadas las
estructuras enteras de los consorcios, disueltas las antiguas y fundadas
nuevas formas.
Siemens tercerizó
toda su rama de semiconductores y, junto con Infineon, fundó un nuevo
consorcio, el cual se concentró completamente en la producción de chips y logró
en este sector ocupar una posición dominante en el mercado mundial. Infineon resultó
ser el cuarto productor de chips de memoria más grande en el año 2002, y tuvo
una participación de un 14 % en
el mercado mundial.
La RWE compró la
empresa Thames Water, la número 1 en Gran Bretaña y de esa manera ascendió a
ser el tercer consorcio de agua más grande del mundo. Esta posición fue
extendida aun más por la compra de American Water Works, la número 1 en los
EE.UU. E.on aspira a concentrarse en el suministro de gas y ha absorbido con
este motivo la Ruhrgas AG. Ruhrgas opera una red de tuberías de 10.748
kilómetros, ha firmado amplios contratos de suministro por décadas, lidera la
promoción de consorcios en negociaciones a nivel europeo y tiene una
participación de un 5 % en la empresa rusa Gazprom, el productor de gas natural
más grande del mundo. E.on tiene participaciones en 190 compañías de
abastecimientos municipales y regionales y opera una gran red de distribución
del gas a clientes finales. Junto con Ruhrgas no sólo se ha vuelto el más
grande ofertante de gas natural en Alemania, sino que también ocupa el cuarto
lugar en Europa con una participación de más de 13 % en el mercado.
En la preparación de
esta focalización, E.on vendió Degussa a la RAG, VEBA Oel junto con la red de
gasolineras Aral a la sociedad petrolera BP y ofreció Gelsenwasser al
competidor RWE.
Interrelaciones
entre los monopolios internacionales, sus empresas filiales y proveedoras
En las empresas de
los monopolios internacionales –sin importar el país– sólo se produce al más
alto nivel técnico. Apenas se toman en consideración las estructuras de
producción desarrolladas en los países particulares. Muchas veces los
monopolios internacionales traen a sus empresas proveedoras cuando fundan
empresas filiales. Con lo cual surgen procesos de intercambio absolutamente
nuevos, que ponen en cuestión toda la anterior producción estatal-nacional en
los países a invertir. Lo que cuenta es solamente el modo de producción de los
monopolios internacionales, el cual que trae las ganancias máximas.
La fundación de una
de las plantas más modernas de General Motors en Gravatai/Brasil, cerca
de Porto Alegre, sirvió para probar nuevas técnicas de fabricación del
consorcio entero. La planta fue desarrollada y construida conjuntamente
con 17 proveedores principales. En su mayoría eran también consorcios
multinacionales como Delphi, VDO, Goodyear, Valeo, Bosch, etc., y todos
bajo propiedad extranjera. Estos proveedores principales, por su parte,
se sirvieron de proveedores brasileños. De tal manera surgió una
verdadera jerarquía en la producción, con distintos proveedores para
los diferentes niveles de producción. En el centro está el monopolista internacional
más fuerte en capitales, General Motors, que dicta a los proveedores las
condiciones de producción, la calidad de los productos y los precios.
Los proveedores principales monopolistas dictan a su vez condiciones y
precios a los proveedores locales, a quienes solamente les conceden
ganancias medias o por debajo del promedio y quienes pagan salarios
mínimos a sus obreros.
Toyota Motor Thailand
(TMT)
estableció una amplia red de empresas proveedoras en el país. 575 empresas
fueron consideradas como proveedoras principales; de ellas, 134 suministraron componentes
esenciales y 441 materiales e instalaciones menos importantes. Los componentes
claves fueron producidos habitualmente por empresas filiales del consorcio
Toyota. El 55 % de
los proveedores principales fueron joint ventures japoneses-tailandeses o
empresas relacionadas con Toyota y produjeron el 79 % del valor de los
suministros. Las empresas tailandesas, muchas de ellas trabajando con
asistencia técnica de Japón, representaron el 27 % de las empresas proveedoras
a quienes, sin embargo, sólo les correspondió un 8 % del valor de los
suministros. El número de las empresas proveedoras del segundo al cuarto nivel
se estima en aproximadamente 1.500. Con esta organización se transplantan
a los países de inversión la más alta productividad del trabajo y la
técnica más desarrollada. La industria nacional sigue siendo apéndice de la
organización internacional de la producción y expuesta indefensa ante la lucha
competitiva mundial. Esto desató en esos países una profunda crisis
estructural en el proceso de reproducción, particularmente en los
principales países de inversión de los monopolios internacionales. Las
estructuras de producción anticuadas han sido liquidadas sin piedad.
Los
monopolios internacionales del comercio se subordinan la agricultura de países
enteros
Cuando los monopolios
internacionales del comercio minorista reorganizaron su actividad comercial,
también se internacionalizó el proceso de monopolización de la agricultura. Con
ello se aceleró la destrucción de las estructuras agrícolas tradicionales, sobre
todo en los países neocolonialmente dependientes.
Después de la fusión
con Promedès, en el año 2000, el supermonopolio francés Carrefour empezó
a centralizar sus compras de mercancías para poder mantenerse mejor en la
creciente lucha competitiva con Ahold, Wal-Mart, Casino, etc. Se fundó oficina central para la compra de conservas,
responsable para todos los puntos de venta en la Argentina. De tal manera que
un proveedor pudo suministrar un producto determinado a todas las tiendas del
Mercosur. Los proveedores, por lo tanto, necesitaron ser de un tamaño
considerable si querían satisfacer la demanda de toda la red de ventas. En el
área de mercadería fresca y abarrotes predominan proveedores locales con marcas
locales, bien conocidas por los clientes. Muchos de los mismos son productores
nacionales de artículos de marca, pero que desde finales de los años 1990 han
sido adquiridos por los monopolios internacionales. La consecuencia fue que la alimentación
en muchos países en vías de desarrollo se adaptó en gran parte a las
costumbres internacionales. McDonald’s aplica una estrategia con más
suministros locales.
En la Argentina, el
87 % de los productos alimenticios son procurados localmente. Pero la mayor
parte de las empresas proveedoras de McDonald’s, al igual que Carrefour, son
filiales de empresas extranjeras que adquirieron participaciones en las
empresas nacionales o las compraron por completo. Nestlé fundó 18
fábricas en China que producen un sinnúmero de productos, entre ellos bebidas,
productos lácteos, alimentos para bebés, helados, ingredientes para cocinar,
chocolate y productos de confitería. En 1997, Nestlé adquirió el 98 % de todos
los productos preelaborados de proveedores locales, sobre todo productos
agrícolas y lácteos así como material de embalaje. Como base para la selección
de los proveedores, Nestlé desarrolló hojas de especificación donde se estipulan
los requisitos a cumplir por los productos o servicios.
Además, se exigió que
las empresas proveedoras dieran pruebas de competencia tecnológica en su campo
de actividades, que organizaran un sistema de control de calidad, que aceptaran
auditorías1 e inspecciones y que
mostraran fiabilidad y una sólida base económica. Con los estándares de
calidad internacionales se sientan pautas para la producción nacional orientadas
únicamente a la maximización de las ganancias de los monopolios
internacionales. De tal manera, la producción de alimentos de las
naciones dependientes es controlada crecientemente por los
monopolios internacionales. Internacionalización de los métodos
monopolistas de Estado en la actividad inversora
Hoy en día los
monopolios internacionales esperan subvenciones estatales y beneficios fiscales
para sus inversiones directas en otros países, como hasta ahora sólo son
comunes en los países imperialistas. Mediante ello se restringe de antemano el
círculo de Estados donde se efectúan mayores inversiones directas. Los países
de inversión neocolonialmente dependientes, por regla general, tienen que
endeudarse muy fuertemente ante el FMI y el Banco Mundial para reunir los requeridos
subsidios estatales. Como resultado, también el carácter social de la
acumulación ha adquirido un carácter internacional.
Intel Malaysia lanzó un amplio
programa de inversiones para asegurar el desarrollo óptimo de los proveedores
en el sentido de las necesidades de los monopolios. Proveedores locales son
empleados como subcontratistas, no sólo en la producción, el equipamiento y
mantenimiento, sino también en el transporte y embalaje, en construcciones e
infraestructura así como el suministro de tecnología de la información. Según
los datos de Intel, los regalos fiscales del gobierno, de
aproximadamente 50 millones de dólares estadounidenses por año, fueron decisivos
para incitarlos a invertir en pequeñas o medianas empresas proveedoras locales.
Subordinación
de los mercados laborales nacionales bajo los monopolios internacionales
También las
inversiones directas para establecer empresas filiales son vinculadas a que los
monopolios internacionales puedan disponer libremente del mercado laboral
nacional.
Los gobiernos de los
países dependientes no tienen más remedio que procurar mano de obra cualificada
y ponerla a disposición de los monopolios internacionales.
En 1992, Magyar
Suzuki empezó a producir en Hungría.
Entre 1992 y 1999 el
62 % de la producción fue exportada, principalmente a la UE. Con 2.100
trabajadores, Magyar Suzuki es una de las empresas más grandes de la ciudad
mediana Esztergom.
Pero para los 263
proveedores principales y secundarios, donde Magyar Suzuki compra un gran
surtido de materias primas, partes y componentes, trabajan 31.000 personas.
La organización
internacional de la producción que no se detiene ante ninguna frontera nacional
significa un salto cualitativo en el desarrollo del imperialismo:
Rompe la producción organizada antes principalmente de modo estatalnacional y
la sustituye paso a paso por nuevas relaciones de producción a escala
internacional. Y esto tiene amplias consecuencias sobre el modo de
producción capitalista que en detalle aún no se pueden calcular.
Métodos de
la nueva organización de la producción internacional
Para imponer su
posición líder en la producción internacional, los monopolios internacionales
tienen que librar una implacable lucha competitiva. Sus métodos son
despiadados, no sólo frente a sus competidores sino sobre todo también frente a
los obreros y empleados en sus propias fábricas y oficinas, y frente a las
masas, particularmente en los países dependientes
neocoloniales.
Grandes
fusiones de consorcios enteros
A finales de los años
1990 surgieron de las grandes fusiones formas de consorcios absolutamente
nuevas, como las de AOL y Time Warner (rama de medios de comunicación e
Internet),
Exxon y Mobil, BP y
Amoco (aceite mineral), RWE y VEW, VEBA y VIAG (energía), Daimler y Chrysler
(automóviles) o Hoechst y Rhône-Poulenc (química). Los consorcios fusionados esperaron
poder conquistar en común más fácilmente una posición dominante en el mercado
mundial y lograr enormes efectos de racionalización, mediante la fusión o
destrucción de estructuras del consorcio hasta entonces paralelas.
Las grandes fusiones
adquirieron dimensiones cada vez más grandes. Así, tan sólo el valor bursátil
de la fusión AOL/ Time Warner en el año 1999, con 350 mil millones de dólares, correspondió
aproximadamente al valor bursátil de todas las fusiones y absorciones de
empresas del año 1992. Sin embargo, con la complejidad de una fusión crece el
riesgo de su fracaso. Por eso, además de grandes fusiones o como escalón preliminar
de éstas, los monopolios pasaron a adoptar formas cada vez más
flexibles de la concentración del capital como cooperaciones, fusiones
parciales o joint ventures.
Absorciones
hostiles y aniquilación de competidores
Se trata de una
“absorción hostil” cuando un consorcio compra la mayoría de las acciones de
otro consorcio para después absorberlo contra la voluntad de la junta
directiva. Representa la forma más agresiva de la batalla de aniquilación
mutua entre los monopolios internacionales.
En el caso de
Mannesmann, el monopolio de telefonía móvil británico Vodafone se dirigió
directamente a los accionistas con una campaña a través de los medios de
comunicación que costó dos mil millones de marcos alemanes y doblegó al
presidente de la junta directiva con 60 millones de marcos (30,68 millones de
euros) quién, tras oponerse al principio, cambió de rumbo y consintió la
absorción. Luego estuvo libre el camino para el desmantelamiento total del
consorcio Mannesmann, que durante décadas había sido un monopolio líder en
Alemania.
Después de haber
absorbido al consorcio automotriz británico Rover, el consorcio automotriz
alemán BMW cerró la producción de automóviles de clase mediana en Inglaterra,
eliminando de tal forma a un competidor. De modo parecido terminó la absorción del
constructor de aviones neerlandés VFW-Fokker por el consorcio Daimler: se
suspendió la producción en los Países Bajos.
Según una lista de la
UNCTAD sobre fusiones y absorciones transfronterizas, en los años 1987 a 1999
hubo de 3 a 15 “absorciones hostiles” por año, es decir, que todavía
representaron una excepción. Pero con la agudización de la competencia internacional
tenemos que contar con un aumento considerable del número de “absorciones
hostiles”.
Redes
internacionales de relaciones con los grupos financieros más fuertes
Cada fusión
transfronteriza está relacionada con un desplazamiento en las correlaciones
de fuerzas internacionales.
Eso se manifiesta en
la composición de los órganos dirigentes, junta directiva y consejo de
vigilancia. La fusión de Daimler y Chrysler mostró pronto que no se trataba de
una “unión entre iguales”, como se había afirmado al principio, pues la
dirección de Daimler de Alemania fue la que dominó al nuevo consorcio. La
antigua dirección de Chrysler fue destituida y representantes de otros
monopolios internacionales de los EE.UU. como Xerox y BP Amoco entraron en el
consejo de vigilancia.
Las fusiones y
absorciones internacionales llevaron también a la internacionalización de la
estructura de accionistas.
Asimismo, en el caso
de los consorcios que han crecido en Alemania y tienen allí su sede principal
se puede hablar cada vez menos de “monopolios alemanes”. Así, por ejemplo, la
estructura de accionistas de la Deutsche Telekom, al 31 de diciembre de 2001,
se veía de la manera siguiente: el 31 % de las acciones en manos del gobierno
federal, el 12 % está “aparcado” en el Kreditanstalt für Wiederaufbau
(Instituto de Crédito para la Reconstrucción) hasta que sea posible venderlo
con ganancias. El 37 % está en manos de inversores institucionales, es decir
bancos y compañías de seguros, directa o indirectamente a través de fondos de
inversión, etc. El 20 % está en manos de los así denominados inversores
privados. Estos últimos juntos, el 57 %, son considerados como “propiedad
dispersa”, negociada a escala internacional. En el año 2001 esta propiedad
dispersa estaba repartida de la manera siguiente: el 34 % en Alemania, el 31 %
en el resto de Europa, el 9 % en Asia y el 26 % en EE.UU./Canadá (Geschäftsbericht
Deutsche Telekom 2001 [Informe comercial de la Deutsche Telekom del 2001],
págs. 73-74).
Ambición de
liderazgo tecnológico
En el caso de las
empresas industriales el liderazgo tecnológico internacional es uno de
los factores que decide la cuestión, de si están o no en condiciones de
imponer una posición dominante a escala mundial. Sólo la monopolización
del know how permite colocarse a la cabeza en este proceso y también defender
este papel dirigente. El tiempo juega aquí un rol decisivo: cada quien
intenta mantener secretas las nuevas invenciones, comercializarlas luego
rápidamente y siempre estar un paso delante de la competencia. Por esa
razón, los monopolios internacionales gastan grandes sumas para la
investigación y el desarrollo. En el informe comercial del 2001 de Siemens
se puede leer al respecto: “También en el ejercicio del 2001 Siemens
estuvo a la cabeza de todas las empresas electrotécnicas y
electrónicas a nivel mundial invirtiendo 6.800 millones de euros
para la investigación y el desarrollo … Nuestros aproximadamente
60.000 investigadores y desarrolladores trabajan en más de 30
países en nuevos productos, sistemas y servicios … En el
ejercicio pasado nuestros investigadores y desarrolladores
reportaron 9.060 inventos y de ese total, Infineon 2.430. En
total pudimos patentar 6.330 inventos (1.850 de Infineon). Según
las estadísticas oficiales (del año 2000) la Siemens AG es el más
grande registrador de patentes tanto en la Oficina de Registro de
Patentes y Marcas alemana como también en la Oficina de Registro
de Patentes en Europa. La empresa ocupa el sexto lugar en el
registro de patentes de la Oficina de Patentes y Marcas
Registradas de los EE.UU.” (pág. 23 de la edición en alemán).
Los monopolios
internacionales intentan acaparar inescrupulosamente el conocimiento de todo el
mundo. Así, por ejemplo, descodificar la combinación genética de todas las
plantas y animales económicamente interesantes, incluso la del hombre, a fin de
poder monopolizar la utilización de este conocimiento. El Acuerdo sobre
Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIPS)
consagró como derecho internacional a ese robo de los monopolios
internacionales.
Control de
cuotas del mercado mundial
Un objetivo
primordial de la nueva organización de la producción internacional es el
control sobre importantes cuotas del mercado internacional en las ramas
respectivas. El control sobre las cuotas del mercado tiene su mayor avance en
la industria automotriz. Si se agrupa a los diez más grandes consorcios automotrices
del mundo en tres grupos –EE.UU., UE y Japón–, entonces en el año 2000 el grupo
japonés, con una cuota del 19,2 % de la producción mundial, fue el grupo más
débil y el grupo europeo, con 30,6 %, el más fuerte. Su competidor principal
fueron los EE.UU., con un 26,7 %, quienes perdieron su posición líder.
Cada uno de los tres
grupos controló y dominó la producción en sus mercados nacionales y
regionales heredados. Los EE.UU. tuvieron una cuota de 61,1 % en América
del Norte, la
UE tuvo el 64,1 % en
Europa y Japón el 66,3 % en su propio país. Los mercados regionales de la UE
incluyen países enumerados por la UNCTAD bajo el título “periferia europea”:
República Checa,
Eslovaquia, Hungría, Polonia, Rusia, Eslovenia y la Turquía. En estos países,
la UE consiguió una cuota del 44,0 % en la producción total, mientras que los
EE.UU. con el 5,4 % y Japón con el 0,8 % quedaron muy rezagados. En los
diferentes Estados un consorcio europeo domina toda la producción, tal como
Volkswagen en República Checa y Eslovaquia, Renault en Eslovenia y
DaimlerChrysler en Austria. Japón es líder en su mercado regional con una cuota
en la producción del 51,8 % en Taiwán, 39,3 % en Indonesia y 28,7 % en Tailandia
(… )
5. Los
monopolios internacionales socavan el rol y la función de los Estados
nacionales
La base económica y
la superestructura política de la sociedad constituyen una unidad dialéctica.
El Estado surgió con la división de la sociedad en clases, es indispensable
como órgano del dominio de clase y representa el poder público
de la respectiva clase dominante. Es expresión concentrada de la
irreconciliabilidad de los antagonismos de clases. Por lo tanto sólo
desaparecerá cuando en la sociedad comunista sean superadas las clases y las contradicciones
de clases.
Esta relación
fundamental es negada por los críticos burgueses y pequeñoburgueses de la
globalización. El anterior presidente del partido socialdemócrata SPD, Oskar
Lafontaine, escribió en su libro: Die Wut wächst [Crece la rabia]:
“Los críticos de la
globalización no son adversarios a la economía de mercado. Sólo se han
apercibido de que la mano invisible del mercado necesita la mano visible y
fuerte del Estado.”
(pág. 208).
La reivindicación de una
“mano visible y fuerte del Estado”, de Lafontaine, quiere despertar la
impresión de que el Estado sería un instrumento de regulación neutral,
flotando por encima de las clases y no el órgano del poder único de los
monopolios sobre la sociedad entera. Esto concierne a una disputa fundamental
entre el marxismo-leninismo y el oportunismo, caracterizada de manera
acertada por Lenin en su escrito El
Estado y la
revolución en
agosto de 1917:
“La lucha por
arrancar a las masas trabajadoras de la influencia de la burguesía en general,
y de la burguesía imperialista en particular, es imposible sin combatir los
prejuicios oportunistas acerca del «Estado»…
La democracia
pequeñoburguesa jamás podrá comprender que el Estado es el órgano de dominación
de una clase determinada, la cual no puede conciliarse con su antípoda
(con la clase opuesta a ella).” (Lenin, El Estado y la revolución, en
Obras Completas, tomo 33, págs. 4 y 8).
La
internacionalización de la producción socava al Estado nacional
Para el capitalismo el Estado nacional es
la forma característica de organizar la producción y la vida social.
Lenin explicó lo siguiente sobre el rol histórico de la formación de los
Estados nacionales:
“La época del triunfo
definitivo del capitalismo sobre el feudalismo estuvo ligada en todo el mundo a
movimientos nacionales.
La base económica de
estos movimientos estriba en que, para la victoria completa de la producción
mercantil, es necesario que la burguesía conquiste el mercado interior, es
necesario que territorios con población de un solo idioma adquieran cohesión estatal,
eliminándose cuantos obstáculos se opongan al desarrollo de ese idioma y a su
consolidación en la literatura…
Por ello, la
tendencia de todo movimiento nacional es formar Estados nacionales, que
son los que mejor cumplen estas exigencias del capitalismo contemporáneo.
Impulsan a ello factores económicos de lo más profundos, y para toda la Europa Occidental,
es más, para todo el mundo civilizado, el Estado nacional es por ello lo
típico, lo normal en el período capitalista.”
(Lenin, El derecho
de las naciones a la autodeterminación, tomo 25, págs. 274-275).
El capitalismo hizo
surgir con respecto al Estado nacional dos tendencias contradictorias, que
están en lucha de principio a fin. Lenin caracterizó esta contradicción como “ley
universal del capitalismo”:
“El capitalismo en
desarrollo conoce dos tendencias históricas en el problema nacional. La primera
es el despertar de la vida nacional y de los movimientos nacionales, la lucha
contra toda opresión nacional y la creación de Estados nacionales. La segunda
es el desarrollo y multiplicación de las relaciones de todo tipo entre las
naciones, el derrumbamiento de las barreras nacionales, la formación de la
unidad internacional del capital, de la vida económica en general, de la
política, de la ciencia, etc.
Ambas tendencias son
una ley universal del capitalismo. La primera predomina en los albores del
desarrollo capitalista; la segunda es característica del capitalismo maduro,
que marcha hacia su transformación en sociedad socialista.” (Lenin, Notas
críticas sobre el problema nacional, en Obras Completas, tomo
24, pág. 136).
En los efectos de
esta ley universal se basa tanto la marcha triunfal del capitalismo sobre el
feudalismo como la preparación material del socialismo a escala mundial. La
tendencia a la formación de Estados nacionales es el momento
característico en el surgimiento del capitalismo; es decir, en la imposición de
la forma social capitalista frente a la feudal y semifeudal. Esta tendencia
sigue influyendo también en la época imperialista, sobre todo en la lucha de
los países coloniales, semicoloniales y neocoloniales por la autodeterminación
nacional y contra la explotación y opresión imperialista.
La internacionalización
de la producción y de la vida económica es el momento característico, la
forma típica en la época del imperialismo. Por ello Lenin
caracterizó al imperialismo en general como la “fase superior del
desarrollo del capitalismo”, en la cual el capital “en los países
avanzados… ha rebasado el marco de los Estados nacionales” y “ha
sustituido la competencia con el monopolio, creando todas las
premisas objetivas de la realización del socialismo.” (Lenin,
La revolución socialista y el derecho de las naciones a la
autodeterminación, en Obras Completas, tomo 27, pág. 264).
El Estado nacional es
puesto permanentemente en cuestión por la internacionalización de la producción
y, particularmente
mediante la nueva
organización de la producción internacional, se ha convertido en la traba
principal para el desarrollo ulterior de las fuerzas productivas
internacionales. Lenin escribió al respecto:
“Los límites
nacionales burgueses de los Estados, que fueron durante la primera época un
punto de apoyo para el desarrollo de las fuerzas productivas de la
humanidad que se liberaba del feudalismo, se han convertido ahora, en la
tercera época, en un obstáculo para el sucesivo desarrollo de las
fuerzas productivas.
De clase de avanzada
en ascenso, la burguesía ha pasado a ser una clase declinante, decadente, interiormente
carcomida y reaccionaria. La clase que está en ascenso, en amplia escala
histórica, es otra clase completamente distinta.” (Lenin, Bajo
pabellón ajeno, en Obras Completas, tomo 26, pág. 152).
El Estado nacional en
su forma actual inhibe el desenvolvimiento de las fuerzas productivas
internacionalizadas por medio de fronteras, normas, aranceles, impuestos y
leyes diferentes, por medio de distintas lenguas y modos de vida. La producción
internacional tiene que sobreponerse al estrecho marco nacional.
El magnate financiero
estadounidense George Soros, uno de los especuladores en divisas más ricos de
las últimas décadas, se ocupó de la cuestión de cómo solucionar esta
contradicción.
Como salida anunció
en su libro, de título revelador La crisis del capitalismo global una “sociedad
global”:
“Para estabilizar y
regular una economía verdaderamente global, es necesario algún sistema global
de toma de decisiones políticas. En una palabra, necesitamos una sociedad
global que respalde nuestra economía global. Una sociedad global no significa un
Estado global. Abolir la existencia de los mercados no es viable ni deseable;
pero en la medida en que hay intereses colectivos que trascienden las fronteras
estatales, la soberanía de los estados debe subordinarse al derecho
internacional y a las instituciones internacionales.” (George Soros, La
crisis del capitalismo global. La sociedad abierta en peligro, pág. 31).
Y, ¿quién determina
lo que es “derecho internacional”? En el imperialismo la respuesta a
esta pregunta solamente puede ser respondida así: el poder más grande es el que
decide. Por esta razón, la “sociedad global” de Soros, por mucho que
suene democrática e igualitaria, rápidamente se reduce a la pura pretensión de
predominio de las grandes potencias imperialistas bajo la dirección de los
EE.UU.:
“Con sentido del
liderazgo y transparencia de objetivos, Estados Unidos y sus aliados podrían
comenzar a crear una sociedad abierta global que ayudase a estabilizar el
sistema económico global y a extender y hacer respetar los valores humanos universales.”
(Ibíd.,
pág. 32).
Soros reivindicó,
conforme a eso, la ampliación del poder de las instituciones internacionales,
en las cuales las grandes potencias tienen la palabra decisiva:
“El FMI ha sido
criticado por establecer demasiadas condiciones e interferir demasiado en los
asuntos internos de los países que recurren a él en busca de ayuda... Yo diría
todo lo contrario... Lejos de inmiscuirse demasiado, no fue lo bastante entrometido.”
(Ibíd.,
pág. 179).
Como respuesta
europea a la pretensión de predominio de los EE.UU. ronda en los debates el
concepto ambiguo de “global governance” (gobernación global). La
“Fundación Desarrollo y Paz”, fundada por Willy Brandt, relaciona con este
concepto la “visión de una república mundial democrática” (Globale
Trends 2002 [Tendencias globales 2002], pág. 12). Y con esta
legitimación democrática toca valientemente al ataque verbal contra los EE.UU.
Es decir que la
ilusión reformista, de que el Estado estaría por encima de las clases y podría
refrenar el poder de los monopolios, debe ahora de repente funcionar en una
“república mundial”. Sin embargo, los mismos teóricos socialdemócratas tienen
ciertas dudas, pues lógicamente saben que “las grandes potencias
hasta ahora apenas están dispuestas a integrarse en un orden global
orientado a una igualación justa de las condiciones de vida.” (Ibíd.,
pág. 27).
A fin de cuentas, con
la orientación hacia el Consejo de Seguridad de la ONU “como la instancia
principalmente responsable del aseguramiento de la paz mundial” (ibíd.,
pág. 45), lo
único que queda de la
“república democrática mundial” es el rol dirigente de los Estados
imperialistas más fuertes.
No es posible otro
orden mundial sin el derrocamiento del imperialismo.
Los Estados
nacionales siguen y seguirán siendo instrumentos de poder decisivos para
mantener el sistema imperialista mundial y llevar a cabo la competencia entre los
monopolios internacionales en la lucha por el dominio mundial.
El respectivo Estado
nacional sigue siendo la base del poder político indispensable en la
lucha por el nuevo reparto de las cuotas en la producción internacional.
Willi Dickhut escribió al
respecto:
“A veces se afirma
que la internacionalización de la producción y de la venta por los consorcios
multinacionales hacen superfluas las economías nacionales e incluso a los
Estados nacionales. Es un error peligroso. Las contradicciones entre los monopolios
internacionales no se eliminarán, sino se agudizarán.
Un cártel
internacional no puede impedir que, tarde o temprano, estalle la lucha por la
cuota nacional en el mercado mundial. Al mismo tiempo, el desarrollo desigual
de los países capitalistas condicionará que se produzca un cambio de la
correlación de fuerzas entre ellos. ¿Al fin y al cabo, cómo deben resolverse
las contradicciones de otro modo que por medio de la violencia, es decir por la
guerra, habiendo fracasado todos los demás medios?” (Willi Dickhut, Der
staatsmonopolistische Kapitalismus in der BRD [El capitalismo monopolista
de Estado
en la RFA], tomo 2,
pág. 169).
El DKP revisionista
lo ve evidentemente de otro modo cuando define la “nueva fase del desarrollo
imperialista” como “transición del capitalismo monopolista de
Estado nacional hacia el capitalismo monopolista transnacional”. (Erste
Grundlagen zur Diskussion und Erarbeitung eines Programmentwurfs [Primeras
bases para la discusión y elaboración de un esbozo de programa], Essen 2002,
págs. 5 y 7).
Con ello se afirma
que el imperialismo se desliga de los Estados nacionales a favor de una “maquinaria
de poder transnacional” (Ibíd., pág. 7) y que éstos pierden su
importancia.
Esta es la variante
mas reciente de los sueños pequeñoburgueses- revisionistas de poder renunciar
al derrocamiento revolucionario del aparato de Estado imperialista. Pero este
Estado no desaparece
solamente porque los monopolios hoy día se están transformando en monopolios
internacionales.
A pesar de que por la
poderosa oleada de fusiones y adquisiciones internacionales, los monopolios
internacionales han aflojado su vínculo con los diferentes Estados
nacionales,
modificándolo en
forma y contenido,
al mismo tiempo tampoco pueden renunciar a él. Económicamente, el país de
origen es ya para los monopolios internacionales sólo un lugar
de producción posible entre muchos. En un artículo explicó Horst Siebert,
presidente del Instituto de Economía Mundial, sobre qué base las empresas toman
tales decisiones estratégicas:
“Empresas alemanas
disponen entretanto de un portafolio mundial de lugares de inversión… Como
consecuencia de ello, las empresas pueden reaccionar a nuevos datos nacionales
de un país, esquivando en el conjunto de la empresa las medidas nacionales como
regulaciones, gravámenes y aumentos de salario…
Las preguntas de si
las empresas alemanas son eficientes o si Alemania como emplazamiento
es atractiva, ya no son idénticas. Las empresas
alemanas pueden ser eficientes al esquivarse de Alemania como
emplazamiento.” (Frankfurter
Allgemeine Zeitung, del 9 de julio de 2002; el resaltado es de la
Redacción RW).
Según el derecho internacional
actual, los monopolios internacionales pueden calcular sus impuestos conforme
al derecho fiscal más apropiado para ellos o incluso trasladar su sede prin-
cipal de un país a
otro de impuestos más bajos. Tan sólo esta amenaza expresada por DaimlerChrysler
y el Deutsche Bank, entre otros, ejerce una presión enorme sobre los Estados
nacionales para entrar en una carrera por reducir los impuestos
para los
capitalistas.
En tanto existan
acuerdos interestatales, como por ejemplo entre Alemania y EE.UU., también hay
para los consorcios internacionales la posibilidad tributaria de una
“compensación por pérdidas”. En los últimos años la Daimler hubiera tenido que
pagar miles de millones de euros de impuestos, mientras que Chrysler apenas
podía hacer valer en los EE.UU. sus pérdidas tributarias. La fusión de ambos
consorcios les trajo ahorros tributarios por un valor de miles de millones.
En términos de poder
político, no obstante, cada monopolio tiene que tener una clara vinculación a
un Estado nacional que le representa hacia el interior y el exterior.
Los monopolios
internacionales someten a los países dependientes y oprimidos por el
imperialismo en la medida correspondiente a su poder político y la posición
económica que ocupan en el país respectivo. De esta manera, la absorción de las
plantas de Škoda por VW en la República Checa ha llevado indudablemente a que
el imperialismo alemán, a través de aquella empresa monopolista –de lejos la
más grande del país– haya ganado influencia determinante en la economía y
política de dicho país.
Sin embargo, los
monopolios internacionales también ejercen su influencia de manera bien
calculada en otros Estados imperialistas. El vicepresidente para la región
de Asia-Pacífico del consorcio TRW, residente en Cleveland (Ohio, EE.UU.),
relató con orgullo cómo funciona la toma de influencia en Japón. La “firma
estaba «desarrollando una red extensiva con funcionarios
(japoneses), analistas políticos, reporteros y otras relaciones
personales a nivel de gobierno (a través de las cuales la empresa podría)
participar en el desarrollo de los proyectos legislativos y las
políticas de interés para TRW».” Robert B. Reich, El trabajo de
las naciones, Hacia el capitalismo del siglo XXI, pág. 170).
Naturalmente el
establecimiento de tal red se puede acelerar considerablemente mediante
adquisiciones, participaciones o alianzas con monopolios internacionales que
tienen su sede principal en el país respectivo. Estos ya están fundidos con
“su” aparato de Estado. Es una tendencia basada en leyes inherentes, que el
capital financiero internacional ejerce más influencia sobre cada uno de los
Estados nacionales en cuanto penetre en ellos. Hasta un cierto grado incluso se
fusionan los intereses mutuos, por lo menos en campos particulares, mientras que
en otros persiste la competencia implacable. También en la compenetración de
los monopolios internacionales y sus Estados nacionales se va realizando una
permanente interacción de unidad y lucha de las contradicciones.
La
degradación de los Estados nacionales a prestadores de servicios para los monopolios
internacionales
Los Estados no pueden
influir en la misma medida sobre el mercado mundial y la economía mundial como
en la producción estatal-nacional. Allí reina la ley de la competencia sin piedad
entre los monopolios internacionales y los diferentes Estados nacionales, la
subordinación del más débil al más poderoso.
Los Estados
nacionales imperialistas tienen que fortalecer el poder económico del
propio país para luchar por el predominio en el mundo. Por lo tanto,
los Estados nacionales compiten por el establecimiento de monopolios
internacionales.
Así, sin duda, el
imperialismo alemán se fortaleció frente al imperialismo estadounidense debido
a la adquisición del consorcio automotriz norteamericano Chrysler por la
Daimler y que la sede principal del nuevo monopolio DaimlerChrysler esté
situada en la RFA. Por otra parte, la absorción hostil de la Mannesmann por la
Vodafone ha debilitado el imperialismo de la RFA frente al imperialismo
británico.
Principalmente con el
argumento de crear nuevos puestos de trabajo y la amenaza de que en caso
contrario van a preferir otros lugares, los municipios, Länder y Estados
nacionales son chantajeados descaradamente para que pongan a disposición de los
monopolios internacionales una infraestructura apropiada, los mejores lugares
de producción y amplios recursos estatales para establecer nuevas plantas de
producción. En esta implacable lucha competitiva, los grandes Estados
imperialistas con sus presupuestos inflados tienen, naturalmente, ventajas decisivas
frente a los países más pequeños o los países en vías de desarrollo. Pero
también en los países imperialistas, los Länder y los municipios
altamente cargados de deudas realizan recortes drásticos en sus presupuestos
para reunir los fondos para los monopolios internacionales. Eso ocurre cada vez
más a costa de las más elementales necesidades vitales de las amplias masas
populares. Cuando se planeó una nueva planta de la BMW 500 ciudades de varios
países de Europa competieron por su establecimiento.
La BMW se decidió por
la gran ciudad de Leipzig, en el este de Alemania. Allí había una gran
diversidad de mano de obra cualificada y la infraestructura más moderna de
entonces, construida con 5 mil millones de euros de los fondos tributarios en
el marco del llamado “Pacto Solidario I”. Estas subvenciones estaban previstas
únicamente para inversiones en los nuevos Länder y financiadas por las
amplias masas de toda Alemania, este impuesto especial tenía el demagógico nombre
de “suplemento de solidaridad”. Con estos recursos se deberían compensar las
presuntas “desventajas del emplazamiento”.
Para tal fin se
autorizaron subvenciones suplementarias de hasta el 35 % de la suma a invertir,
por encima del promedio en la UE. En el caso de la BMW, la Comisión de la UE
autorizó 363 millones de euros. Pero no bastaba con ello; el consorcio
chantajeó más concesiones:
_ BMW consiguió el
terreno del municipio de Leipzig por el precio irrisorio de apenas 13 euros por
metro cuadrado, incluidos todos los costos de urbanización. Los precios de los terrenos
de buena ubicación en Leipzig a principios del año 2002 costaban, según Jürgen
Poschmann, primer presidente de la Unión Alemana de Agentes Inmobiliarios
(VDM), de Sajonia, entre 110 y 130 euros por metro cuadrado.
_ De la nivelación del
terreno también se hizo cargo el municipio de Leipzig, teniendo que remover
tres millones de metros cúbicos de tierra.
_ Para establecer la
infraestructura necesaria se construyeron un acceso propio a la autopista,
carreteras de circunvalación y una vía de empalme ferroviaria para la planta.
Los costos de 100 hasta 200 millones de euros lo compartieron el Estado alemán
y el Land.
_ La ciudad de Leipzig
estableció una agencia de coordinación en el edificio municipal con 13
planificadores e ingenieros de construcción especialmente contratados. Los
puestos estaban limitados a un plazo de cuatro años y tan sólo los costos del
personal, asumidos por el municipio, eran de aproximadamente 300.000 euros por
año, o sea en total 1,2 millones de euros.
_ La ciudad de Leipzig
asumió los costos de la selección y cualificación de los obreros y empleados
que iban a ser contratados. Con ese fin se fundó una sociedad propia para la formación
del personal.
_ El Land de
Sajonia impuso junto con la Cámara de Industria y Comercio de Leipzig un
programa de fomento (“proyecto de proveedores automotrices 2005”) para “poner
en condiciones” a las empresas proveedoras de la región.
_ Se prometió la
construcción acelerada de un túnel ferroviario de vía doble por debajo de la
ciudad, a un precio de 500 millones de euros, para conectar la estación central
con la vía de alta velocidad de los ferrocarriles, así como la construcción acelerada
de una autopista que conecte directamente Leipzig y Chemnitz.
_ Decisivo para la
selección de Leipzig fue, finalmente, la posibilidad de un modelo flexible de
jornada laboral, del cual no disponían los lugares competidores en Francia y la
República
Checa. Con respecto a
ello, el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung dijo:
“Los 5500 futuros
trabajadores de BMW en Leipzig hacen posible una «fábrica que respira» según la
demanda, de modo que el tiempo operativo semanal puede variar entre 60 y 140
horas.
Esto significa para
cada trabajador de tres hasta seis días laborales por semana; es posible un
funcionamiento en dos o tres turnos, pero el domingo en todo caso queda libre.
Debido al prolongado tiempo de las máquinas en marcha, la BMW calcula reducir
sus inversiones en aproximadamente un 20 %; este modelo de jornada laboral
aumentaría la productividad de la empresa en cerca de un cuarto… En Sajonia se
trabaja, con 38 horas laborales por semana, un 8 % más tiempo que en el Oeste de
Alemania, pero no habría diferencias en el salario según el convenio colectivo.
Ya en febrero Schoch1 se enteró de que las cosas irían mal para otro nuevo
lugar de producción de la BMW en Alemania si los trabajadores rechazan moverse.
Evidentemente quedó tiempo suficiente para desarrollar un modelo…
(…)El cambio del rol del Estado tiene
tres elementos esenciales.
Por una parte, deben
ampliarse las funciones del Estado en la política interior y exterior que sean
de interés de los monopolios internacionales. Segundo, se requiere que el
Estado se retire de todas las actividades económicas lucrativas a favor de los
monopolios. Tercero, que se reduzcan todas las funciones sociales que ejerce el
Estado en el interés de las masas a una seguridad básica mínima. De sus
funciones como ente comunitario social sólo le quedaría al Estado la de ayudar
en los más grandes riesgos materiales de la vida; sólo actuaría
“subsidiariamente”
como reasegurador. Todas las funciones ejercidas anteriormente por el Estado,
que prometan ganancia máxima, serán abiertas para la privatización. Múltiples
funciones sociales serán cargadas adicionalmente a los núcleos familiares privados.
Por medio de una “lean administration” (administración delgada), se quiere que
el Estado ejerza sus nuevas funciones más efectivamente y además reduzca
masivamente las plantillas. Naturalmente, no cambiará la función del Estado de
redistribuir el producto nacional, a través de los presupuestos de los
municipios, los Länder y de la administración federal, a favor de los
monopolios, sobre todo de los monopolios internacionales.
En cuanto a la
política exterior, los monopolios internacionales reivindicaron un “acompañamiento
político” en su lucha por el predominio en el mercado mundial: “Un
flanqueo político eficaz contribuye a asegurar pedidos y puestos de
trabajo para empresas alemanas. Empero, últimamente se está lamentando
un aflojamiento del ímpetu con el cual son representados los intereses
de la economía en el extranjero…
El flanqueo político
insuficiente ha contribuido a que empresas alemanas en países importantes, como
por ejemplo en la región del Cercano y Medio Oriente y América Latina, hayan perdido
cuotas en el mercado. Científicos estiman que debido al insuficiente flanqueo
político la economía alemana ha perdido en favor de los competidores, tan sólo
en la región del Cercano y Medio Oriente, pedidos por un valor de hasta 20 mil millones
de marcos por año. Para la economía sigue siendo incomprensible, por ejemplo,
que el gobierno federal haya retar dado el diálogo político con Irak durante
años.” (BDI,
Wirtschaftspolitische Bilanz der rot-grünen Bundesregierung [Balance de
la política económica del gobierno federal rojiverde], septiembre de
2001, pág. 55).
Se trata de pura
hipocresía si la BDI presenta al “flanqueo político eficaz” como si
fuese una medida para asegurar “puestos de trabajo para empresas alemanas”.
A los súpermonopolios alemanes les da lo mismo si explotan para su
ganancia máxima a obreros asalariados alemanes, polacos o brasileños.
La orientación de la
política exterior a los intereses de los súpermonopolios alemanes incluye
naturalmente, que el gobierno federal marque pautas propiamente alemanas para
ampliar el margen de la economía política:
“Para poder
aprovechar el potencial económico de los mercados internacionales en
crecimiento, el acompañamiento político de empresas alemanas tiene mucha
importancia. Esto incluye:
_ Crear las condiciones
básicas en los mercados internacionales mediante medidas político-económicas
que aseguren para las empresas alemanas el acceso al mercado y faciliten la
ampliación (p. ej., cerrar el acuerdo de libre comercio UEMercosur lo más
rápido posible).
_ Ofrecer un apoyo político
concreto en grandes proyectos.
_ Ajustar los instrumentos
del fomento de la economía exterior a las nuevas condiciones
internacionales.
_ Crear más transparencia,
en cuanto a las actividades en el extranjero, de las secciones y de
los actores en la política económica exterior y considerar en mayor
medida los intereses de la economía.
_ Organizar con
regularidad viajes de políticos de alto rango, acompañados de una delegación
económica –no solamente con los departamentos clásicos (Ministerio Federal
de Economía, Cancillería Federal, Ministerio de Asuntos Exteriores).
_ Una participación
regular de personalidades de alto rango en ferias internacionales que
tengan una fuerte presencia de empresas alemanas”. (Ibíd.).
Robert B. Reich
explica, con el ejemplo de la producción de chips en los EE.UU, cómo el Estado
actúa como instrumento de la lucha competitiva de los monopolios
internacionales:
A fines de los
ochenta las “firmas japonesas fabricaron la mayoría de los chips de memoria
del mundo, que tanto preocuparon a los funcionarios del gobierno
norteamericano. Empeñados en desarrollar las habilidades para fabricar chips en
los Estados Unidos, decidieron otorgar 100 millones de dólares por año a
Sematech, un consorcio de compañías fabricantes de semiconductores que también
sumarían sus propios recursos al proyecto, a fin de diseñar los equipos
modernos necesarios para desarrollar la nueva generación de chips... Aun cuando
Sematech logró encaminarse, sus miembros se vincularon con redes mundiales.
Texas Instruments (o, más precisamente, los intermediarios estratégicos de las
oficinas mundiales de Texas Instruments) decidieron construir una nueva planta
de fabricación –de 250 millones de dólares– de semiconductores en Taiwán, la
cual en 1991 produjo chips de memoria de 4 Mb y otros circuitos integrados...
Texas también se había unido con Hitachi para diseñar y producir un «superchip »
que almacenaría 16 millones de bits de información.
Mientras tanto, los
intermediarios estratégicos de las oficinas mundiales de Motorola decidieron
recurrir a la ayuda de los investigadores y proyectistas de Toshiba para
producir una futura generación de chips. Por su parte, otros fabricantes norteamericanos
de semiconductores establecieron vínculos similares a nivel mundial: AT&T
con NEC de Japón y Mitsubishi Electric; Intel con NMB Semiconductor Co. y el
Matsushita Group también de Japón; e IBM con la firma alemana Siemens...
Irónicamente, tan pronto como Sematech hubo logrado organizarse, una compañía
japonesa, que no había sido invitada a unirse al grupo mencionado, construía la
mayor planta de fabricación de chips de tecnología avanzada en los Estados
Unidos. En junio de 1989, la firma NEC de Japón anunciaba la construcción de
una planta de 400 millones de dólares en Rosevale, California, para fabricar
chips de memoria de 4 Mb y otros dispositivos de vanguardia que aún no estaban en
producción en ninguna otra parte.” (Robert B. Reich,
El trabajo de las
naciones, Hacia el capitalismo del siglo XXI, págs. 163-165).
Sin embargo, Reich
está embelleciendo el rol del gobierno estadounidense.
Para éste no se trató
de las “capacidades de América”, menos aún de los trabajadores en los
EE.UU., sino del aumento de la participación estadounidense en la
industria de alta tecnología y del rol dirigente en esta tecnología del
futuro.
Por ello apoyó la
alianza nacional de los productores de chips con ayudas financieras del Estado.
Pero eso no suspendió la lucha competitiva entre los monopolios estadounidenses
por las cuotas en el mercado mundial. Su colaboración temporal con monopolios
internacionales de otros países sirvió de igual modo a la lucha competitiva. El
Estado se volvió un prestador público de servicios para la expansión
internacional de los monopolios, quien ofreció en competencia o
también en acuerdo con otros países imperialistas las mejores condiciones de
producción y de explotación.
Los Estados
nacionales como prestadores de servicios tienen diversas funciones:
_ Aseguramiento de las
relaciones capitalistas de explotación y propiedad, mantenimiento del
dominio de clase de los monopolios, represión de la lucha de clases de la clase
obrera y una legislación que corresponde a ello, también en el interés
de la burguesía no monopolista.
_ Representación de los
intereses monopolistas en acuerdos internacionales y organizaciones
internacionales.
_ Creación de
favorables “condiciones del lugar” para la producción internacional: reducción
de impuestos y de las contribuciones al seguro social para las empresas, puesta
a disposición de éstas la infraestructura más moderna y mano de obra
cualificada, fomento de elites, desregulación del mercado laboral, aflojamiento
de las regulaciones medioambientales.
_ Creación de
condiciones atractivas para inversionistas financieros internacionales: Abolición de todos
los controles a la circulación de capitales, política antiinflacionaria,
transformación de instituciones públicas en empresas privadas que
trabajen según el principio de la ganancia (intermediación laboral,
instituciones educativas, hospitales,
etc.).
_ Medidas para
amortiguar los antagonismos de clases, como la política de colaboración de clases
entre la empresa, la dirección del sindicato y el gobierno ó la
administración municipal.
_ Garantizar la
producción y reproducción de la vida social y estatal, particularmente de la
mano de obra y suformación.
_ Cumplimiento de
funciones propagandísticas para enraizar la política y los intereses de los
monopolios internacionales entre las masas populares o para por lo menos mantenerlas
pasivas. El instrumento principal para ello es el sistema del modo de pensar
pequeñoburgués.
_ Ejercer el “monopolio
estatal de la fuerza” para defender el poder único de los monopolios y para la
opresión de lucha de clases de la clase obrera y la resistencia activa de las
amplias masas.
_ Ejercer funciones
militares,
armamentismo excesivo y realización de guerras por el nuevo reparto de las
esferas de poder y de influencia en todo el mundo.
Disolución
del monopolio estatal en la intermediación laboral
La nueva organización
de la producción internacional requiere la disolución del monopolio estatal
en la intermediación laboral. Desde principios de los años 1990,
este monopolio fue levantado en la mayoría de los países de la UE admitiéndose
intermediadores laborales privados. Así, los monopolios pudieron aprovechar
mejor la “libre elección del puesto del trabajo” de los ciudadanos de la UE,
también a través de las fronteras. Puesto que a causa de la reunificación los
monopolios alemanes podían disponer de un ejército de obreros y empleados altamente
cualificados de la antigua RDA, el monopolio de la intermediación laboral de la
Oficina Federal del Empleo de Alemania recién fue abolido en 1994. En Alemania,
desde el 27 de marzo de 2002, las oficinas de empleo pagan premios para la
colocación privada de desocupados. Algunos monopolios, por consiguiente,
fraguaron planes de tercerizar partes de sus secciones de personal en tales
agencias de colocación privadas.
Así tendrían una
reserva propia de mano de obra disponible en cualquier momento y, además,
podrían dejar pagar al seguro de desempleo su reclutamiento de personal. En una
declaración conjunta las asociaciones monopolistas publicaron la orientación
siguiente:
“Funciones que no se
pueden atribuir a los sectores financiados por cotizaciones, especialmente el
fomento del mercado laboral activo, tienen que ser desligadas de la incumbencia
de la administración del trabajo, para evitar una mezcla de incumbencias y
competencias. Con respecto a las funciones esenciales de la Oficina Federal del
Empleo –una intermediación laboral de alta calidad y el trámite del seguro de
desempleo– el consejo administrativo, como verdadero consejo de vigilancia,
tiene que obtener las autorizaciones de control efectivas y amplias. La Oficina
Federal, en el futuro, tiene que ser dirigida y controlada como una empresa…
Sin embargo, una
nueva organización de la Oficina Federal del Empleo como pura reforma
organizativa sería un fracaso de la política de mercado laboral, si no se
diera, al mismo tiempo, una forma más transparente y flexible al mercado
laboral excesivamente regulado y si no se suprimieran los falsos incentivos de
nuestros sistemas sociales. En este sentido, encuentra pleno apoyo de la
economía alemana la propuesta de limitar la duración de la percepción del
subsidio de desempleo a un máximo de 12 meses. Pero más allá de eso, también es
necesario la reducción decidida de los instrumentos desviados e ineficaces del
mercado laboral, como las «medidas de creación de empleo» (ABM). Los ahorros
así conseguidos tienen que ser empleados para la reducción de la tasa de
contribución al seguro de desempleo en un punto porcentual, al 5,5 %.” (Gemeinsame
Erklärung der Verbände, Münchener Spitzengespräch der Deutschen Wirtschaft [Declaración
conjunta de las asociaciones, Conversatorio Cumbre de la Economía
Alemana en Munich], 19 de marzo de 2002).
Por supresión de “falsos
incentivos de nuestros sistemas sociales”, las asociaciones de los
monopolios no entienden nada más que la reducción del subsidio y ayuda por desempleo,
la supresión de las medidas de creación de empleo y la reducción de las
cotizaciones de los empresarios al seguro de desempleo.
Mediante la reducción
del subsidio de desempleo se espera aumentar la presión económica a los desocupados
para que también acepten un trabajo con menos salario. De una reducción tan
drástica del subsidio de desempleo serían afectados alrededor de 1,2 millones
de los desocupados por mucho tiempo: obreros y empleados que llevan más de un
año sin ocupación, pero también alrededor de 1,7 millones de desocupados, de
los cuales se deshicieron por sus pocas oportunidades en el mercado laboral
enviándolos al seguro de jubilación o a los ABM. Sólo les quedaría para su
sustento el socorro social, cuya reducción también ya está incluida en el
catalogo de exigencias de la BDI. Bajo el lema demagógico de la “necesidad de
preservar la diferencia”, se quiere garantizar que el socorro social siempre
sea más bajo que los salarios más bajos.
Lo esencial de los
planes, elaborados para el gobierno por la comisión bajo la dirección del
gerente de personal de la VW,
Hartz, fue, junto a
la reducción masiva de pagos y derechos de los desocupados, una coacción
hacia el prestamismo laboral.
Esta medida pone a
disposición de los monopolios mano de obra flexible y considerablemente peor
pagada, la que al gusto pueden contratar y despedir y utilizarla para bajar el
nivel del sueldo. Tanto el esquivarse de convenios colectivos, como también el
socavar la protección contra los despidos, vendría a propósito a los
capitalistas. También las relaciones laborales precarias, los llamados “mini
jobs” (mini-empleo) y el trabajo seudo-autónomo, los llamados Ich-AG (“Yo-SA”,
empresa unipersonal) se vienen extendiendo. Así, las empresas ahorran miles de
millones de euros en cotizaciones para el seguro social.
Las actuales oficinas
del empleo se convierten en “agencias de servicios” para satisfacer la demanda
de mano de obra de los monopolios.
Puesto que se han
igualado relativamente los estándares de formación y la productividad laboral
en las grandes empresas de los monopolios internacionales, también el mercado
laboral para mano de obra con buena formación, sobre todo en el sector de alta
tecnología, tenía que ser extendido a cada vez más países del mundo. Por lo
tanto, en todo el mundo se reclutan expertos TI muy calificados de los países en vías de
desarrollo a los países imperialistas. La pérdida financiera por este “brain drain” en el año 2000 es
estimada, tan sólo para la India, en dos mil millones de dólares
estadounidenses. En este año, alrededor de 200.000 expertos TI muy
cualificados, sobre todo de India, emigraron a los EE.UU. Aproximadamente un 60
% de todos los diplomados de las universidades técnicas de India sevan del
país. La Comisión Investigadora del Bundestag (parlamento alemán) comentó:
“Según estimaciones
del Banco Mundial, Africa ha perdido entre 1960 y 1987 aproximadamente un
tercio de sus especialistas formados en beneficio de los países
industrializados.
Anualmente siguen emigrando
por término medio 23.000 especialistas, sobre todo académicos e ingenieros…
Entre 1988 y 1997, aproximadamente 233.000 sudafricanos emigraron para siempre
a cinco países (GB, EE.UU., Canadá, Australia, Nueva Zelanda). Son
particularmente afectados países como Nigeria, Ghana y el Sudán, pero también
países del norte de Africa como Egipto y Argelia.” (Informe final de la
Comisión Investigadora, Globalisierung der Weltwirtschaft –
Herausforderungen und Antworten [Globalización de la economía mundial –
Desafíos y
Respuestas], Drucksache [Impreso] NO 14/9200 del Bundestag del 12 de junio de
2002, pág. 253).
2 “Brain drain”
textualmente quiere decir “drenaje de cerebros”. Así se denomina la fuga de
especialistas y de mano de obra cualificados, sobre todo de países
en vías de desarrollo,
la cual quita conocimientos y capacidades necesarios
al país de origen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario