Nota del blog V.O. : Reproducimos a continuación
unos fragmentos del artículo “El alma del hombre bajo el Socialismo” de Oscar
Wilde en que hace una denuncia a la caridad y llama a la lucha por el
socialismo.
A pesar de no seguir o conocer el socialismo
científico de Marx y Engels, ya que sus posiciones eran más cercanas al
socialismo utópico y/o el anarquismo, hizo algunas reflexiones interesantes
sobre la sociedad en que se encontraba.
“…En
el hombre, las emociones se suscitan más rápidamente que la inteligencia; y
como señalara hace algún tiempo en un artículo sobre la función de la crítica,
es mucho más fácil solidarizarse con el sufrimiento que con el pensamiento. De
esta forma, con admirables, aunque mal dirigidas intenciones, en forma muy
seria y con mucho sentimiento, se abocan a la tarea de remediar los males que
ven. Pero sus remedios no curan la enfermedad: simplemente la prolongan. En
realidad sus remedios son parte de la enfermedad.
Tratan
de resolver el problema de la pobreza, por ejemplo, manteniendo vivos a los
pobres; o, como lo hace una escuela muy avanzada, divirtiendo a los pobres.
Pero
ésta no es una solución; es agravar la dificultad. El objetivo adecuado es
tratar de reconstruir la sociedad sobre una base tal que la pobreza resulte
imposible. Y las virtudes altruistas realmente han evitado llevar a cabo este
objetivo. Así como los peores dueños de esclavos fueron los que trataron con
bondad a sus esclavos, evitando así que los que sufrían el sistema tomaran
conciencia del horror del mismo, y los que observaban lo comprendiesen, igual
sucede con el estado actual de cosas en Inglaterra, donde la gente que más daño
hace es la que trata de hacer más bien; y por fin hemos tenido hombres que
estudiaron realmente el problema y conocen la vida -hombres educados que viven
en el East End -adelantándose e implorando a la comunidad para que restrinja
sus impulsos altruistas de caridad, benevolencia y otros parecidos. Se basan en
la afirmación de que la caridad degrada y desmoraliza. Están perfectamente en
lo cierto. La caridad crea una multitud de pecados.
También
debe decirse esto al respecto. Es inmoral usar la propiedad privada a fin de
aliviar los terribles males que resultan de la misma institución de la
propiedad privada. Es a la vez inmoral e injusto.
Bajo el Socialismo todo
esto, naturalmente, se modificará. No habrá gente viviendo en fétidas pocilgas,
vestida con hediondos andrajos, criando niños débiles, acosados por el hambre,
en medio de circunstancias absolutamente imposibles y repulsivas. La seguridad
de la sociedad no dependerá, como sucede ahora, del estado del tiempo. Si llega
una helada no tendremos a cien mil hombres sin trabajo, deambulando por las
calles miserablemente, o pidiendo limosna a sus vecinos, o apiñándose ante las
puertas de detestables albergues para tratar de asegurarse un pedazo de pan y
un sucio lugar donde pasar la noche. Cada miembro de la sociedad compartirá la
prosperidad y felicidad general, y si cae una helada, prácticamente nadie
estará peor…”
“…Con frecuencia se nos dice que los pobres están
agradecidos a la beneficencia. Algunos de ellos lo están, sin duda, pero los
mejores entre los pobres nunca están agradecidos. Están descontentos, desagradecidos,
son desobedientes y rebeldes. y tienen mucha razón de sentirse así. Sienten que
la caridad es un modo ridículamente inadecuado de restitución parcial, o una
limosna sentimental, acompañada habitualmente por un impertinente intento por
parte del sentimentalista de tiranizar sus vidas privadas. ¿Por
qué sentir agradecimiento por las migajas que caen de la mesa del rico? Debieran estar sentados compartiendo la mesa,
y lo están empezando a saber. Y en cuanto a estar descontentos, un hombre que
no lo estuviera en ese medio y llevando tan baja forma de vida, sería un
perfecto bruto. La desobediencia, a los ojos de cualquiera que haya leído
historia, es la virtud original del hombre. A través de la desobediencia es que
se ha progresado, a través de la desobediencia y a través de la rebelión.
Algunas veces se alaba a los pobres por ser ahorrativos. Pero recomendar el
ahorro a un pobre es a la vez grotesco e insultante. Es como recomendar a un
hombre que se está muriendo de hambre, que coma menos. Sería absolutamente
inmoral que un trabajador del campo o de la ciudad practique la frugalidad. El
hombre no debiera estar dispuesto a demostrar que puede vivir como un animal
mal alimentado…”
Publicado por victoria
oprimidos
No hay comentarios:
Publicar un comentario